También estará prohibido usar las playas, plazas y demases como dormitorio o baños.
¡Se acabo el escándalo! El que prefiera estar feliz de a cuatro, como dice el señor Maluma, o si a alguna dama le gustan mayores, tendrá que cantarlo u oírlo en privado en las playas de El Quisco.
¿Por qué? El municipio en cuestión se cansó de los reclamos de los vecinos y turistas que acudían al balneario por un poco de calma y se encontraban con desubicados que se creían DJs al aire libre y chantaban sus parlantes y a todo chancho mientras escuchaban su reggaeton favorito.
Y lo peor es que como son varios los angelitos que llegan al mismo tiempo, se arma una majamama de ritmos que dejan con dolor de cabeza a los veraneantes.
Por eso la autoridad local, Natalia Carrasco, cortó por lo sano y decidió partear a quienes utilicen parlantes para escuchar música en la playa a través del Decreto Alcaldicio número 4611.
Eso sí, aprovechando el vuelito, el documento también prohíbe que agarren la playa de dormitorio, impide orinar,, solicitar dinero, ejercer cualquier tipo de comercio no autorizado y la realización de malabarismo, limpiaparabrisas u otra acción que altere el libre tránsito vehicular en bienes nacionales de uso público (plazas, playas, aceras, veredas, calles, pasajes, avenidas y áreas verdes).
Quienes no pesquen la extensa listas de prohibiciones y sean sorprendidos se arriesgan a multas que van desde 1 a 3 UTM ( $48 mil y $145 mil)
Y si por esas cosas de la vida, algún cabeza dura no quiere entender y vuelve a cometer la misma infracción, se hará acreedor de un tejazo de entre 3 y 5 UTM ($145 mil a $241 mil).
La alcaldesa señaló que se tomaron estas medidas porque "El Quisco es un lugar para todos y por eso hemos trabajado con la comunidad para que exista respeto entre todos. Entendiendo que la libertad de uno termina donde comienza el den otro", dijo.
Agregó que no hay marcha blanca para la ordenanza y que ya tienen un lote de parteados.