"Toy Like Me" (Juguete como yo). Así se llamó la campaña que realizó hace dos años una periodista británica que instaba a las empresas fabricantes de juguete a ponerse a tono con los nuevos tiempos y mejorar la representación cultural de los 150 millones de niños con discapacidad en todo el mundo.
Fue tal éxito que tuvo en su cometido Rebecca Atkinson, que a la fecha más y más empresas se suben al carrito de la inclusión en todo el planeta.
Los primeros en anotarse con la iniciativa fueron empresas pequeñas, pero de a poco ingresaron gigantes como Mattel y Hasbro.
Potenciar inclusión
La industria no sólo ha incluido figuras con alguna minusvalía, distintas etnias, diferencias en los cuerpos, sino también estereotipos de género.
"¿Dónde están magos en silla de ruedas, hadas ciegas, genios con audífonos y princesas con andador?". Esas fueron las preguntas que realizaron 50.000 personas en el sitio chance.org, con el objetivo de motivarlos a fabricar figuras en situación de discapacidad.
En nuestro país algunas empresas han ingresado ya al mercado local y se espera que los próximos días aparezca la muñeca American Girl.
Estas miden alrededor de 50 centímetros y fueron creadas por la ex profesora de un colegio estadounidense, que al visitar la ciudad de Colonial Williamsburg, en el estado de Virginia (EEUU), se inspiró en el estilo del lugar para crear una línea de muñecas de época que motivara a las estudiantes a aprender historia.
Más tarde derivaron en juguetes que representaban algunas discapacidades y que buscaban identificarse con todos los niños.