Museo Jedimar hace rugir los motores de la historia automotriz

Con la compra de un automóvil Renault Landau Chauffer del año 1908, actualmente el más antiguo en funcionamiento en el país, comenzó "de manera simbólica" el Museo Jedimar, uno de los legados más importantes de Jesús Diez Martínez, inmigrante español que llegó a Chile desde La Rioja, con sólo tres meses de edad.

Eran los años 70 cuando Jesús, en compañía del mayor de sus hijos, adquirió el Renault. Este hecho despertó el interés del entonces niño Jesús Diez González por el mundo automotriz, siendo el inicio de una idea que, con el tiempo, se transformaría en la puesta en marcha de uno de los principales museos de autos antiguos y clásicos de Sudamérica.

Jesús Diez González, presidente del Grupo de Empresas Jedimar, y dueño del museo del mismo nombre, comentó que "queremos que las personas vengan a conocer esta colección y vivan la experiencia, trasladándose a las distintas épocas que vieron nacer los diversos modelos de autos que aquí se encuentran".

Diez agregó que "el lugar es un legado que dejó mi padre para toda la comuna (Estación Central) y el país, y yo pretendo que siga para las actuales y futuras generaciones".

En esta colección es posible encontrar -de manera itinerante-, más de 90 modelos de marcas tan reconocidas a través de la historia como Aston Martin, Bugatti, Bentley, Porsche, Jaguar y Studebaker, entre otros.

Éstos han sido restaurados y mantenidos por desabolladores, pintores, mecánicos y tapiceros, quienes se dedican exclusivamente a los vehículos y evalúan cuándo corresponde realizarle un arreglito, proceso por el cual han pasado cerca del 70% de los autos del museo

"Mantener los autos en perfecto estado y dejarlos tal cual eran en su origen es un tremendo desafío. Para cumplir con este objetivo, contamos con restauradores especializados y con la experiencia adecuada, quienes además se encargan de buscar dónde están los repuestos, dependiendo del auto, su año de fabricación y origen", cuenta Jesús Diez González.

Joyitas

Entre sus modelos insignes es posible encontrar un Ford T del año 1927, un Cadillac El Dorado Biarritz de 1957 -similar al usado por Elvis Presley en sus años de gloria- o un Maserati 300S Barchetta, de 1958; modelo parecido al conducido por Juan Manuel Fangio para ganar la Fórmula 1.

Destaca en la colección un espacio que rinde tributo a Bartolomé Ortiz, corredor chileno que en su Ford de 1937 coronó al país con importantes triunfos en el automovilismo.

El administrador del museo, Luis Jiménez, contó que hay casos especiales y de gran historia, como el de un Roll Royce de 1927, carrozado por el francés Henry Binder. Esta joya fue comprada por un chileno que la recibió de manos del fabricante en el Hotel Ritz, en París. Este auto ha sido mantenido y cuidado en su forma original, sin grandes restauraciones.

Jiménez resaltó que "la principal característica del Museo Jedimar es que sus vehículos han marcado una historia importante a nivel mundial y han tenido un sello distintivo en las marcas, siendo ese un requisito fundamental".

A lo anterior, Jesús Diez agregó que "tan importante como la muestra en sí, es el legado que deja mi padre, quien fue generoso en compartir su colección privada, y ser uno de los fundadores del Club de Automóviles Antiguos, en 1967".

No sólo los autos que se exhiben en el Museo tienen su historia. El recinto en que está emplazado es un galpón de calle Borja Nº1240, paralelo a la línea férrea, que correspondía a las instalaciones de la usina de azúcar “Societe Francais du Sucrerie au Chili”, construida en Chile a principios del siglo XX.

Éste fue restaurado para poner en funcionamiento el museo, que fue inaugurado en la simbólica fecha del 10/10/2010, a las 10:10 horas, como un homenaje al apellido de la familia, en el marco de la celebración del Bicentenario del país.

El museo ha sido alabado por visitantes nacionales y extranjeros.

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