A partir de ese día, la madre de cuatro hijos -dos con Mauricio Ortega, único imputado por la Fiscalía- se convirtió en el ícono del maltrato hacia la mujer en nuestro país.
Nabila estuvo internada en Coyhaique y luego trasladada a la Posta Central, en Santiago, donde únicamente la gente ligada a su tratamiento e investigación tuvieron acceso a ella.
Durante los últimos meses, fueron muchos los que quisieron hablar, saber cómo estaba o, al menos, tener una imagen de ella. Sin embargo, la mujer sólo salía de su casa para asistir al médico o el sicólogo.
La tarde del martes, mientras se realizaba la segunda jornada de juicio oral en contra de Mauricio Ortega, un equipo de prensa de Chilevisión la esperó afuera de su domicilio, ubicado en calle Trapananda, para hablar con ella... Y la encontraron.
De acuerdo a las imágenes emitidas por el noticiero de ese canal, se ve a la mujer regresando a su casa, con lentes oscuros, y en compañía de dos mujeres, tras asistir al sicólogo.
Ante las preguntas de la prensa, Nabila se mantuvo en silencio y sólo atinó a levantar una de sus manos para taparse el rostro, mientras las mujeres señalaban que no podía hablar por petición de la Fiscalía.
Sus vecinos soplaron que "sale muy poco a la calle" y agregaron que "no tenía mucha relación con la comunidad".
LLAMADA
Ayer, durante la tercera jornada de juicio en contra de Mauricio Ortega, la Fiscalía presentó el audio de la llamada que hizo un joven, de iniciales C.J.Q.M, a Carabineros cuando la mujer era agredida en la intersección de las calles Lautaro con Monreal.
En el crudo registro se puede oír el relato del menor de edad, quien da cuenta lo que ocurre afuera de su casa. "Necesito que vengan ahora. Estoy asustado", se escucha.
En la llamada que el joven hizo a la policía, detalló además que "la persona le sigue pegando. Está vestido de negro. ¡Apúrense, por favor. Apúrense!"
La descripción de la vestimenta coincide con la ropa que Mauricio Ortega usó aquel día, quien confirmó que esa noche vestía una chaqueta negra.
También declaró Pablo Orellana, funcionario de Carabineros que la encontró en la calle. En su relato, el uniformado narró que Nabila "tenía unas calzas negras, rosadas y blanco a la altura de sus tobillos y una polera manga corta, de color verde claro, la cual tenía subida".