Nabila Rifo perdió la visión tras ser brutalmente golpeada en la vía pública durante mayo de 2016 y este jueves, en el marco del juicio oral contra su ex pareja Mauricio Ortega, se presentó a entregar su testimonio. La mujer manifestó su deseo de que el juicio fuera emitido en vivo para que todo el mundo pudiera conocer la verdad.
Durante el interrogatorio, que duró cuatro horas, Rifo explicó que la vida con Ortega nunca fue fácil y que, aunque los primeros meses durante su convivencia "todo estaba bien", el hombre empezó a convertirse en alguien violento que "no se preocupaba de nada" y se volvía agresivo cuando bebía alcohol, al extremo de romper la puerta de su casa con un hacha en cierta ocasión, sin preocuparle que hubiera niños presentes.
"Era frío, calculador y me humillaba (...) Decía que yo era una maraca, una puta, porque trabajaba en restaurantes (...) Cuando dijo que que 'nunca más lo volvería a hacer', le creí un poco, pero también conocía su genio, sabía donde podía llegar", relató.
Intentó encubrirlo
Según su testimonio, la noche en que fue agredida todo se desencadenó tras una reunión de amigos. Ortega habría perdido el control y a insultarla luego de haberse bebido varias copas.
Asustada, Nabila salió para irse a la casa de su madre, pero Ortega la siguió para pedirle que conversaran. "En eso siento que Mauricio me pega en la cabeza con una piedra muy grande. Con el golpe caí al pasto y él me siguió pegando. Me hice la muerta para que no me siguiera pegando, de ahí perdí la consciencia y no recuerdo nada más".
Rifo, quien había entregado dos versiones distintas del ataque, contó que cuando despertó en el hospital, sentía que "todavía quería a Mauricio".
"Yo quise defenderlo diciendo que había sido otra persona. No lo quise culpar a el, quería que él me explicara lo que había pasado", fueron sus palabras durante el interrogatorio. Aunque negó haber sido agredida sexualmente esa noche, Nabila insistió en que el autor de la brutal golpiza fue Mauricio Ortega, que hasta el momento era el único imputado.
"Relaté que Mauricio nunca me había agredido ni física ni psicológicamente, porque no quería tener problemas", admitió.
Intenso calvario
"No poder ver ha significado para mí mucho sufrimiento, todos los días lloro porque ya no puedo vender mis muebles, no puedo hacer la comida de mis hijos, ellos tienen que depender de otra persona, han crecido harto y no he podido verlos", contó Nabila con la voz quebrada, lamentándose por la pérdida de su independencia, quien tuvo que depender de los cuidados de su madre.
"Tenía ganas de morirme cuando no veía, de no existir, debo depender de otros", fueron sus crudas palabras durante el interrogatorio.