En una íntima conversa con La Cuarta, Nabila reveló que lo único que quiere es retomar su vida y concentrarse en sus peques, porque ellos también han sufrido durante el último año: "Menos mal a ellos no les ha tocado escuchar todo lo que se ha dicho y todo lo que han mentido, porque están en el colegio".
Agregó que tiene confianza en la justicia, pero que al mismo tiempo tiene miedo que Mauricio Ortega, su ex pareja, quede libre, "porque si es así nunca volveré a estar tranquila".
- ¿Cuál sería para ti el fallo ideal en este juicio?
- Por supuesto que digan que Mauricio es culpable. Quiero que Mauricio pague lo que me hizo.
- ¿Y si es declarado inocente?
- Voy a apelar y a hacer todo lo que sea necesario para que él quede preso, no quiero que él le vuelva a hacer esto a ninguna otra mujer. Ya sé de lo que es capaz.
- ¿Qué harás si resulta culpable?
- Al otro día comenzaré a vivir otra vez, porque he sentido que mi vida se detuvo, incluso que se terminó. Quiero sanar mi corazón.
EL MAYOR DOLOR DE NABILA
- ¿Sentiste presión de la familia de Mauricio?
- No sólo me presionaron, me usaron y se aprovecharon de que yo sentía que mis niños estaban solos y por eso lo defendí. Ahora me pregunto, ¿ellos (familia de Ortega) no tienen miedo que él vuelva a hacer daño? No quiero nada con esa familia, porque si realmente les interesara yo o mis niños se habrían preocupado de saber si tenían para comer, pero no, sólo les interesa Mauricio. No quiero nada con ellos, no quiero que vuelvan a ver a mis hijos. Fueron muy malos.
- ¿Qué es lo más difícil de esta nueva realidad?
- No poder ver a mis hijos, no poder cocinarles y no poder ver cuando sus caritas cambien, no los imagino como adultos.
- ¿Y tú como mujer?
- Yo era un poco vanidosa, pero ahora no queda nada... no pienso en eso porque llegué a sentir que mi vida se había acabado. Mauricio me sacó los ojos y me destrozó la cara y una oreja, tuvieron que reconstruirme, ahora no sé como soy.
Además, imagina como uno que ha visto siempre ya no puede hacerlo, me choco con todo, todo es obscuridad. A veces me despierto en la noche y no sé si es es de día o es de noche, me ha costado adaptarme... no es nada fácil.
- ¿Qué piensas de cómo se ventiló tu intimidad durante estas semanas?
- (Toma aire) Yo no puedo entender... lo que me pasó a mí no se le hace ni a un perro. ¿Qué tiene que ver mi vida privada?, ¿por qué se fijan en mis partes íntimas?, es como si fuera más importante lo otro y no que a mí casi me mataron y me marcaron de por vida.
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