Una nueva final. La misma que se vivió este año en el Abierto de tenis de Australia y el mismo resultado. Otra vez el suizo Roger Federer le hizo la gracia a Rafael Nadal y lo dejó sin título. Esta vez en el Masters 1.000 de Miami, donde ganó la copa al vencer por 6-3 y 6-4 al petazeta.
Ya con la derrota puesta y los abrazos de rigor en la ceremonia de premiación, Nadal se sinceró en conferencia de prensa pa' afirmar que el encuentro fue más "ajustado" de lo que el marcador reflejó y que no tuvo "mucha suerte" en el primer set, cuando se farreó varios puntos de quiebre que fueron claves para él.
"(Pude haberlo ganado, el primer set) tranquilamente. Fueron unos cuantos puntos, nada más", raqueteó desde su asiento el manacorí, quien reconoció que en su "malacue" tuvo mucho que ver el gran nivel que viene mostrando el relojito suizo de Federer estos últimos meses.
"Todo cae de su lado (...) es un jugador con gran confianza", agregó.
El Rafa Nadal es pura esperanza pa' lo que viene
Más feliz que perro con dos colas por haber llegado tan lejos en este torneo, el petazeta se mostró positivo por haber llegado tan lejos, lo que le da "muchos puntos para la parte más importante de la temporada, que empieza ahora".
El ahora nuevo número cinco del mundo, insistió en que está "jugando lo suficientemente bien" para ganar títulos y que, aunque ha caído en tres finales este año (Australia y Miami, con Federer; y Acapulco, con Sam Querrey), está "cerca" de lograr un triunfo.
"Soy el segundo con la dinámica más buena, necesito ganar y consolidarlo", dijo Nadal, que no obstante insistió en que "no sabe" si es candidato a ganar Roland Garros, campeonato que ha alcanzado en nueve ocasiones, y que de momento no está "pensando" en ello.