Tan breve fue el funeral de Paul Schäfer en el cementerio Parque del Recuerdo Cordillera de Puente Alto, que el secretario general del Partido Nacional Socialista (nazi), Rogelio Benavides (45), llegó tarde.
El seguidor del cabo Hitler tuvo que preguntarle a los guardias dónde estaba la tumba del pedófilo, porque tras la ceremonia, que mantuvo en completo silencio a los siete asistentes por sólo 15 minutos, los funcionarios del camposanto rellenaron rapidito el hoyo, lo cubrieron de pasto e instalaron una placa que señala: "Lápida en reparación".
"Este país siempre se ha caracterizado por destacar lo negativo de las personas", alegó Benavides, quien se despidió del ex soldado nazi estirando su brazo derecho junto a la placa anónima.
Pese al cúmulo de pruebas en su contra, a las condenas que lo llevaron a morir en la cárcel y al descrédito transversal contra el ex jerarca de la Colonia Dignidad, Benavides defendió a Schäfer y justificó su visita al camposanto.
"Si lo vemos desde el punto de vista de ayudar al campesinado chileno, de ayudar a formar una colonia de esas características, de ayudar con un hospital, etcétera, obvio que él es un ejemplo. Y eso es lo que vamos a destacarle siempre, lo bueno", argumentó el nazi chileno.
"En la política y en el fútbol siempre se van a recordar las partes negativas. Tú tienes a Carlos Caszely, que siempre se le recuerda por el penal en España. Nadie recuerda a Carlos Caszely como un jugador extraordinario, rey del área chica. Se recuerda sólo el penal. Eso es normal", profundizó Benavides en su explicación.
"Respecto a los delitos de abusos de menores, cualquier abogado sabe que basta el testimonio del menor para que se abra una investigación, y prácticamente con un 80 por ciento de seguridad que lo van a condenar", sentenció el deudo, quien acusó una persecución judicial contra el ex líder de Villa Baviera.
LO TAPARON DE TIERRA ANTES DEL SOLITARIO FUNERAL
Cuando la hija del "Tío Permanente", Rebeca, y su abogado, José Luis Sotomayor, retiraron el cadáver de Paul Schäfer desde la funeraria del Hogar de Cristo donde fue velado, en la comuna de Independencia, un grupo de vecinos del sector le tiró puñados de tierra a la carroza fúnebre.
"No podemos decirle que descanse en paz, porque él hizo mucho daño. Simplemente era un hombre malo", pataleó la señora María Elsa mientras ensuciaba con pica el vehículo con el cajón.
En su pique hasta el sector C-17 del cementerio de Puente Alto, la caravana fúnebre sólo incluyó dos autos.
