Conociendo el carácter de Nelson Acosta, seguro que le habría dicho "in your face" a Arturo Vidal que para la próxima lo invitara al Monticello, luego de darle una puteá en su estilo: voz aguda, el luchitomario de rigor y un infaltable cachamal. Es que siempre fue un deté chacotero-malas pulgas. Y parrillero también.
De hecho así lo exhibió TVN ayer en su noticiario central, al ladito del carbón y esperando la carne en su punto justo. ¿Estaba un tanto ido? Sí. ¿Poco expresivo? También. Y claro, luego de la noticia del alzheimer que lo aqueja hace un año, había preocupación por el querido dolape, pero ayer rompió el silencio.
"Estoy medio aburrido ya. En el campo me siento feliz", fue la primera reflexión de Nelson Bonifacio, quien por estos días disfruta de sus hijos y nietos en el campo de San Vicente de Tagua Tagua, pero siempre con "chispazos" de sus 94 partidos al mando de la Roja, con 36 triunfos, una medalla olímpica y la clasificación a un Mundial después de 16 calendarios.
"Estoy bien de salud. No me gusta dar pena, no hago cosas para que la gente diga 'pooobre'. ¿Retirarme con dignidad? Sí", contó el uruguayo-chileno ante la pregunta del periodista Juan Carlos Alarcón, para luego dar una opinión sobre el pleito de hoy en La Paz. "No es fácil decir que Chile va a ganar, eso te puede pasar la cuenta".
UN HOMENAJE PARA ACOSTA
Tras cartón, Acosta recordó el debut de Claudio Bravo y destacó las cualidades de Alexis Sánchez. De hecho, sostuvo que "miro un rato a un jugador y sé si es bueno o malo". Eso sí, aclaró que "no ando diciendo que soy el mejor (...) Estoy feliz con lo que hago, si no hubiese ganado cosas, quizás me retiraba antes".
Don Nelson, además, recordó un triste episodio vivido hace tres años, cuando la ANFP "premió" a los ex mundialistas de Francia 98 con entradas gratis al estadio. De él ni se acordaron. "Claro que duele, cómo no va a doler. Pero no ando diciendo nada, es problema de ellos", soltó.
¿Un homenaje por los años entregados a la Selección? "No sé, hay gente a la que le hacen eso, no estoy golpeando puertas. Si no quieren, no quieren nomás, tampoco me molesta", cerró el histórico técnico, quien reiteró que "no estoy pidiendo que me ayuden". Le basta con los recuerdos que todavía existen y con el cariño de su pípol.