Ni con la luz cortada, pueden parar a nuestra Maravilla

Pese a que se mostraban más agrandados que la xuxuca de Thiago, tras los cariñitos de Yamna Lobos, los venezolanos evidenciaron que están muertos de miedo.

De otra manera no se explica que anoche no dejaran que La Roja entrenara normalmente en el estadio José Antonio Anzoátegui.

Para empezar, impedían que los pupilos de Claudio Borghi entraran a la cancha con zapatos de fútbol. “Sólo zapatillas”, gritaban los encargados del recinto, mostrando su pura cara de cuico... ¡pero chévere!

Fue entonces, cuando el gerente de Selecciones de la Anfp -Felipe Correa- metió su muñeca negociadora y logró que nuestros gladiadores ingresaran al gramado con la indumentaria correspondiente.

Pero ahí vino el otro atado. Más odiosos que el Kike Acuña tomando agua, los hijos de... Chávez querían que el Equipo de Todos ocupara sólo una de las áreas.

Ahí el “Parrillero” se enojó más que si le hubieran servido un plato vegetariano y contradijo la orden.

En tres tiempos, los jugadores pisaron hasta la última champa del recinto ubicado en Puerto La Cruz y comenzaron a ensayar las jugadas para dejar loca a la Vinotinto.

Todo parecía normal. Hasta los fantasmas de Gary Medel y Eduardo Vargas habían desaparecido.

No obstante, faltaba la más mala onda de todas. Esa que había prometido el técnico llanero, César Farías, cortarle la luz a la Selección en el único entrenamiento que tendrían antes de la mocha.

Maaaal, poh. Más aún cuando el “Mourinho” de hollejo... de uva, no dio ni la cara después del bochorno. Peor aún, una autoridad local reconoció que la bajada del automático fue intencional.

“Por norma Fifa sólo se puede entrenar una hora y Chile tenía previsto 45 minutos y ya iban 50”, aseguró el gobernador de Anzoátegui: Tarek William Saab.

El mismo que justificó la decisión, diciendo: “Recuerden que allá en Santiago no nos prestaron la cancha para el reconocimiento”.

Sin embargo, ninguna mala onda mermó las ganas de triunfar de Chile.

Borghi minimizó los hechos enfatizando que “estaba pactado así” y Alexis Sánchez aprovechó el momento para molestar al moreno Junior Fernandes.

“Junior... Junior... ríete para verte”, le gritó el jugador del Barcelona a su amigo de Universidad de Chile. Y todos rieron. Felicidad que quieren prolongar esta tarde, ya que si ganan, quedarán por primera vez punteros de las Clasificatorias.

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