Ni Francisco Huaiquipán pudo salvar al equipo mapuche

La pelota sigue rodando en el partido más largo del mundo, donde han pasado futbolistas profesionales y otros que sólo le saben pugar puntetes.

Pero como la idea es que Chilito logre un nuevo Record Guinness, sudándola por 120 horas al hilo en el estadio Bicentenario de La Florida, ayer fue el turno de que los pueblos originarios saltaran a la sintética donde pampea el Audax.

De este modo, por un lado estuvieron los guerreros mapuches, mientras que en la otra esquina no arrugaron los choros de Rapa Nui.

Eso sí, los del sur contaron con la galleta estelar de Francisco Huaquipán, quien se pensaba que iba a ser clave para darle como kultrun a los hijos del moai.

"Estar aquí, jugando este partido, tiene mucha importancia. Es increíble ser parte de esto, me pone muy feliz y me llena de orgullo haber aportado a este récord y compartir con la gente de mi pueblo", soltó el Huaiqui.

Eso sí, en cancha, el ex ídolo del Colo nada pudo hacer para evitar el 8-0 que les encajaron los Rapa, quienes físicamente estaban pa’ profesionales.

Tanto fue el show “sau sau”, que antes de empezar la batalla se mandaron sus danzas ceremoniales, las que anduvieron achunchando al indio pícaro.

"Para nosotros es muy importante que nuestra etnia pueda colaborar en una actividad tan grande como esta. Estamos muy felices y agradecidos de tener la oportunidad de jugar este partido, ya que nosotros en la Isla amamos el deporte", comentó Gary Pakarati, profe del equipo "leru leru".

"Venimos desde muy lejos, por eso ser parte del Guinness va a quedar siempre en nuestra memoria", agregó el Gary de la isla.

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