Le niegan libertad condicional por séptima vez: hombre que violó y mató a un niño seguirá tras las rejas

Carlos Silva Valenzuela fue condenado a pena de muerte en 1999, un año después de que abusara sexualmente y luego matara a un menor de apenas 10 años. La Corte de Apelaciones revocó esa decisión y dictaminó, en su caso, cadena perpetua. Desde entonces, en 23 años suma siete peticiones de libertad condicional. Todas rechazadas.

El desenlace de Carlos Silva iba a ser la pena de muerte.

Esa fue su condena, luego de que el 19 de junio de 1998, el hombre, entonces de 19 años, violó y luego mató a un niño de 10 años, de iniciales M.V.S, en algún lugar del fundo Quilteu de la comuna de Coelemu.

"Yo no me acuerdo de lo que hice, no quiero acordarme", se defendía tiempo después Silva, aun cuando la causa era decidora: había determinado que el ataque fue con alevosía.

Un año más tarde, el último jueves de octubre de 1999, el tribunal de primera instancia notificó su condena. Decretaron que Silva Valenzuela pasaría el resto de sus días tras las rejas.

Pero esa primera sentencia, de presidio perpetuo, pronto fue sustituida.

El primer día de febrero del año 2000, la Corte de Apelaciones de Chillán determinó que el hombre merecía una pena mayor. Por eso, respondiendo al antiguo sistema de justicia, lo condenaron a la pena de muerte.

Ahora Silva debía ser ejecutado como el autor de violación con homicidio.

Análisis lapidario

En su declaración, Silva Valenzuela repetía que no se acordaba de lo sucedido. No quería acordarse, agregaba.

"Estaba mareado", le decía a los profesionales del Servicio Médico Legal (SML) que lo analizaban por entonces para determinar las causas del terrible crimen que perpetró.

El diagnóstico del psiquiatra bajo su tutela, el doctor Germán Aguilar, sin embargo, fue lapidario:

"Al examen mental se muestra lúcido, bien orientado en el tiempo y espacio. Con pleno juicio de la realidad y capacidad autocrítica", dictaminó.

Otro de los elementos que llamó la atención de los profesionales es que durante el estudio de su caso, cuando prestó declaración, Carlos Silva en todo momento apartó la mirada.

No era capaz de mantener el contacto visual.

Perpetua

Cuando en febrero del 2000, a Silva lo condenaron a la pena de muerte, su defensa interpuso un recurso de casación. Solo así lograron una marcha atrás: la Corte Suprema lo condenó definitivamente a presidio perpetuo, evitando su deceso.

Desde entonces, Carlos Silva suma 23 años tras las rejas en El Manzano, Concepción, y siete peticiones de libertad condicional.

El beneficio, sin embargo, se le ha negado sistemáticamente.

La última vez fue este miércoles, cuando la Comisión de Libertad Condicional de la Corte de Apelaciones de Concepción le bajó el pulgar.

Dicho sea de paso, durante la instancia en la Corte de Apelaciones se aprobaron apenas 61 de las 237 solicitudes presentadas por los internos de diferentes centros penitenciarios. Es decir, sólo un 25,7% de los reclusos gozarán del beneficio.

Silva seguirá tras las rejas. Al menos por un tiempo.

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