El can le provocó una serie de heridas cortantes a la pequeña, cuando tenía apenas 6 años. Su madre dice que, desde entonces, producto de las cicatrices “se fue para adentro”.
Fue el pasado 12 de noviembre de 2017, hace casi cinco años, cuando tuvo lugar esta tragedia. Ese día, Gema Mera y sus tres hijos paseaban por la Catedral de Villarrica, hasta que un perro irrumpió en la escena y atacó salvajemente a la pequeña, de apenas 6 años. Le causó una herida de 10 centímetros en la cabeza, lesiones cortantes en una mejilla y en un párpado y, por si fuera poco, exposición del cráneo.
“En ese tiempo estaba en Kinder y dejó de asistir al colegio para que las compañeros no le preguntaran por la mordida”, comentó la madre en conversación con Las Últimas Noticias.
Y lamentó: “No quería tomarse la foto de fin de año por la cicatriz y tuvo un cambio muy grande, anímicamente se fue para adentro”.
Ahora, sin embargo, habrá algo de justicia: la Corte Suprema le ordenó al Fisco y a la Municipalidad de Villarrica a indemnizar a la niña que fue víctima del ataque, por concepto de daño moral, y ordenó a pagarle un monto total de $23 millones.
Cabe mencionar que hace apenas una semana, la Corte Suprema había rechazado el recurso de casación que interpuso el municipio luego de la determinación de la Corte de Apelaciones de Temuco.
Al respecto, la Tercera Sala del Máximo Tribunal concluyó que existe “responsabilidad por falta de servicio, de la Secretaría Regional Ministerial de Salud y la municipalidad, al no adoptar las medidas necesarias para mantener bajo control a los perros vagos”.
Tras conocer la sentencia, Gema Mera le dijo a LUN que “quería que escucharan mi argumento, se podía hacer poniendo algo de empeño”. Y agregó que “el animal que la atacó no tenia la culpa tampoco, pero era agresivo y faltó vigilancia. Lo que más me importa es aclarar que el Estado debe asegurar que cualquier persona pueda caminar tranquila por las calles”.