La pequeña esperaba el trasplante hace cuatro años.
Nicolás Soto (20), el bombero fallecido mientras combatía el fuego en el incendio forestal de Nueva Imperial, en la Región de La Araucanía, salvó la vida de dos niños. El miércoles pasado un pequeño de Talcahuano recibió uno de los riñones del joven voluntario y ayer fue el turno de una pequeña en Conchalí, que tuvo una segunda oportunidad gracias a la generosidad de Nicolás y de su familia.
Tal como la primera vez, la información fue dada a conocer a través de redes sociales. El padre de la pequeña, Edward Pizarro, dijo agradecido que "quería darle las gracias a esta persona que en paz descanse, que Dios lo guarde en su reino a esta gran persona que salvó y dio la vida por su amigo. Le dio un comienzo de nueva vida a mi hija". La niña se encontraba esperando un trasplante hace 4 años.