Muy apenado por la separación de sus papás y con la dolorosa sospecha de que su taita ya no lo quería, el pitufito R.O.E.A., de sólo 8 años, se quitó la vida en el living de su casa, en la comuna de Laja.
Después del almuerzo de domingo junto a su madre y su actual pareja, el afligido niño quedó solito viendo televisión en el comedor del domicilio, en la Región del Biobío, cuando los adultos se fueron a dormir la siesta.
Con la mente nublada por una enorme tristeza para su pequeño corazón, cerca de las 15.30 horas el menor tomó una bufanda de polar azul, la ató a una viga a la vista del techo de la habitación y se colgó.
Sólo cuando el padrastro despertó y se levantó al baño, descubrió la terrible escena. El chicoco ya no tenía señales de vida.
Los exámenes del Servicio Médico Legal determinaron que falleció por asfixia por ahorcamiento. "Se estableció que no hubo participación de terceros en la muerte del menor, por lo que no se persigue penalmente a nadie. Ahora hay que determinar el móvil del suicidio", explicó el comisario de la Brigada de Homicidios de la PDI de Los Ángeles, Jaime Rojo Quintanilla.
El policía sostuvo que la tesis más probable para explicar su dramática decisión sería la depresión que le produjo el distanciamiento de sus papis.
Según fuentes cercanas al caso, el niño habría llegado a la conclusión de que su papá no lo quería, debido a los frecuentes discusiones y enfrentamientos legales por su tuición.
De acuerdo con esa versión, si bien la pareja ya llevaba dos años separada, los constantes problemas legales habrían terminado de convencerlo sobre la falta de cariño.