Este mes se celebra el día nacional del implante coclear, un procedimiento que permite devolver la audición a las personas que padecen hipoacusia neurosensorial (sordera) bilateral de grado severa o profunda.
Implante que recibió Panchito, un niño de dos años que presenta serios problemas de audición, no escucha nada, desde que nació.
Tras la operación, al niño se le colocó su primer implante coclear, con el que pudo comenzar a reconocer sonidos, sintió la música y presentó algunos esbozos de bailar. También prestó atención a los dibujos animados.
Tres meses después, a Panchito le activaron su segundo implante con el que se amplía su registro y logrará la claridad auditiva, para escuchar con nitidez las voces de sus familiares, aprender a hablar y en un futuro insertarse en el sistema de educación como cualquier niño.
¿En qué consiste el implante coclear?
Es un dispositivo electrónico de alta tecnología capaz de sustituir la estimulación electroquímica que se da en la cóclea cuando existe una disfunción de las células ciliadas.
Este transforma las señales acústicas que recibe en señales eléctricas que estimulan directamente a la primera neurona del nervio auditivo, enviando la señal al cerebro.
De esta forma se sustituye la función dañada de la cóclea, así, el implante no aumenta el sonido, sino que lo recoge, lo transforma en un estímulo eléctrico y lo aplica directamente al nervio auditivo, para que el cerebro pueda procesarlo hasta darle un significado.
Luciano García, fonoaudiólogo del centro auditivo GAES, explica que los implantes cocleares se componen de dos partes: la interna y la externa.
La primera está formada por una placa receptora-estimuladora y por unos electrodos que el cirujano introduce en la cóclea, en el interior del oído, mediante una intervención quirúrgica.
La parte externa está compuesta principalmente por el procesador de sonido, la bobina, los micrófonos y el sistema de baterías.
Obstáculos
Si bien Panchito tuvo una operación exitosa, y finalmente se activaron ambos aparatos, el proceso para la familia fue extenuante y problemático.
Esto debido a que en Chile esta intervención se realiza hace poco, y cada implante supera los 30 millones de pesos.
Según la lay, el programa GES (Garantías Explícitas de Salud) solo cubre el costo de un oído, y es gestionado solo por Fonasa e Isapres para niños de hasta 4 años de edad.
Es por esto que si los doctores o los padres no detectan el problema a tiempo, se arriesgan a que el niño pierda los beneficios que le brinda el Estado.
Lamentablemente, en Chile existe mucho desconocimiento del tema. Según Carolina Diocarez, mamá de Panchito, "los mismos médicos no están al tanto de lo que es un implante coclear, por lo que no se atreven a dar un diagnóstico certero ni recomendar este sistema".
"Afortunadamente nosotros notamos el problema en Panchito a tiempo, pero nos tramitaron durante 6 meses, porque su ficha de nacimiento decía que estaba todo normal y que él escuchaba bien, cosa que no es verdad, y en todos lados se guiaban por esa ficha que no sirve de nada", finalizó.