Pequeños de 7° y 8° básico son los docentes de alumnos que les sacan hasta siete décadas, en "Taller de Robótica" que se imparte en Huechuraba.
Desde el año pasado, los tatas más inquietos de Huechuraba cuentan con las herramientas para aprender algo mágico: la robótica. En esa primera generación, los veteranos alumnos aprendieron a armar sus propias máquinas, iniciativa que recibió muy buena evaluación y que permitió dar nuevamente impulso al taller.
Claro que ahora se sumó una gran novedad, que permitirá no sólo adquirir nuevos conocimientos, sino que logrará conectar a dos generaciones que pueden retroalimentarse de manera muy especial: dentro de los profesores de los tatas, además de docentes especialistas, también se sumarán niños en edad escolar.
Los escogidos para adiestrar a estos experimentados alumnos son chicos de 7° y 8° básico de establecimientos de la comuna, como Jessica Marilao, de la Escuela Adelaida La Fetra de Huechuraba, quien está adiestrando a los tatas.
"Compartí con un grupo al que ayudé a armar un robot y trabajar con ellos fue un placer. Nosotros sabemos más de tecnología, pero ellos de todas las experiencias que han vivido. Los abuelitos están en sus casas aburridos, en cambio acá pueden distraerse y aprender cosas nuevas", contó la talentosa que cursa 8° básico.
Vivencia similar comparte su compañera de curso y también novel instructora, Anaís Cooper, quien narró que "es bueno que les enseñemos conocimientos de tecnología a los adultos mayores, porque ahora es fundamental eso, todo tiene tecnología y ellos no saben tanto. De hecho, sería bueno que más abuelitos se sumen a este proyecto".
Colaboración soñada. La interacción entre personas de la tercera edad y niños en un ambiente de aprendizaje es favorable para ambos. Así lo comprende el alcalde de Huechuraba, Carlos Cuadrado Prats, quien apuntó que "es fundamental el diálogo intergeneracional y, en este caso puntual, la robótica genera el entusiasmo de los niños y la curiosidad de los adultos que no tuvieron ese desarrollo en su período de juventud y adultez. Nos sentimos muy orgullosos de poder innovar en esto".
Y así como los niños valoran esta instancia, los alumnos igual sacan cuentas alegres de aprender de esta generación que nació con un computador bajo el brazo. Así lo expresó Manuel Zamorano (77), tata que se está repitiendo el plato en el taller. "La robótica es el futuro de la producción mundial. Es espectacular que se incorporen niños este año, ellos son el futuro de la humanidad y la robótica es lo que acompañará el futuro", valoró.