Un estudio de la Vicaría de la Pastoral Social y de Unicef concluyó que los chiquiturris que laburan en el terruño no ganan más de 5 lucas semanales.
El informe, que reclutó la voz de 2 mil niños y niñas de la Región Metropolitana entre 8 y 17 años, fue entregado ayer por el vicario, Rodrigo Tupper, y la representante adjunta de Unicef en Chile, Esperanza Vives, mientras se celebraba el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil.
De acuerdo con las cifras, la mayoría de los mini titanes tiene un promedio de 12 años, trabaja cerca de 4 horas diarias y estudia. Los padres de los menores tienen empleos precarios, baja escolaridad y viven sumidos en la pobreza.
Gran parte tiene el sueño de ser profesionales o artistas cuando grandes. El problema es que el estudio incluyó sólo a niños que participan en algún proceso de acompañamiento y monitoreo, pero no se cacha que pasa con los broca cochis que no cuentan con ningún tipo de apoyo.
"Chile debe poner atención a los rostros de los niños que trabajan, escuchar sus necesidades, atender sus sueños. Ellos quieren estudiar, quieren un futuro, sueñan que sus hijos no serán trabajadores", sostuvo el padre Rodrigo Tupper.
La caporal de la Unicef agregó que Chile se ha comprometido a erradicar el laburo infantil: "Sin embargo, no podemos dar cuenta si las acciones que se emprenden son efectivas", dijo Esperanza Vives.