Mientras seguía en su monitor cada una de las réplicas tras el megaterremoto, Luis Alvear Pérez, analista de señales sísmicas del Instituto de Geofísica de la Universidad de Chile, explicó a La Cuarta las razones de estos temblores y adelantó que la situación podría prolongarse incluso hasta 2011.
Además, el experto adviertió que no serán sólo movimientos pequeños los que nos esperan, pues, sin prertender ser alarmistas, incluso podría ocurrir que en algunas semanas se produzca una réplica de intensidad similar o mayor a la del sismo del sábado.
Alvear recordó que cinco semanas después del terremoto de 1985, que registró 7,8 grados, ocurrió una réplica de 7,3 en el Lago Rapel.
"Para no alarmar a la ciudadanía, es necesario precisar que las réplicas tras un terremoto de estas características son absolutamente normales y esperables", advirtió el analista.
"La placa de Nazca avanza hasta 8 centímetros al año por debajo de la placa Sudamericana, y cada cierto tiempo fallas geográficas la frenan, pero Nazca sigue presionando hasta que se suelta. El terremoto del sábado liberó un avance de 12 centímetros en tres minutos. Pasarán más de 10 meses y miles de réplicas para que retome su posición y ritmo normal", aclaró el experto.
Según Alvear, las réplicas jamás tienen la misma sensación que el primer movimiento.
"Luego de 8,8 grados por 3 minutos pueden haber réplicas de hasta 7 grados, pero la percepción es menor porque se están sintiendo muchos temblores pequeños durante el día", concluyó.
HAY QUE ASUMIR NOMÁS: CHILE ES UN PAÍS SÚPER SÍSMICO
Un promedio de 10 pequeños temblores cada día, o sea unos 3.600 al año, se producen en Chile, lo que pone al país a la cabeza entre los más sísmicos del planeta.
Además, de acuerdo a los registros históricos, por lo menos una vez cada diez años el territorio nacional registra un sismo de gran intensidad.
Pero el antecedente más relevante es que, en promedio, desde comienzos del siglo pasado se puede constatar un dato escalofriante: Cada 25 años un megaterremoto se encarga de destrozar la infraestructura, con un impactante saldo de víctimas fatales y aún mayor de damnificados.
En 1985 se produjo el sismo de San Antonio (en la foto), que dejó 177 muertos y, un cuarto de siglo antes, el de Valdivia (1960), el mayor registrado a nivel mundial, provocó más de 3.000 fallecidos.
En 1939 ocurrió el de Chillán, por lejos el que causó más muertos, con 30 mil víctimas fatales.
Más atrás en el tiempo, en 1906, el terremoto de Valparaíso causó más de 3 mil fallecidos y al principal puerto del país en el piso.