Cada vez que una jauría de perros ataca -y mata- a una persona, la opinión pública queda desolada y desconfiada. Sin embargo, Daniela Molina, líder de la agrupación Animalistas Coquimbo, es clara al decir que la culpa no la tiene el animal, sino el dueño.
Y es que para esta diseñadora gráfica, amante de los animales y fanática de sus derechos, son las personas las encargadas de educar y tratar bien a sus mascotas: "así se evitarían ataques tan feroces", agregó.
- ¿Cómo funciona Animalistas Coquimbo?
- Somos un grupo de ocho voluntarios que trabajamos acá y en La Serena.
- ¿Qué hacen específicamente?
- Rescatamos perros y gatos de la calle, y nos llevamos los que estén más enfermos y maltratados. Un veterinario los desparasita, esteriliza y mejora y luego los llevamos a nuestras casas mientras les sale un hogar definitivo.
- ¿Cómo se financian?
- Con aportes de voluntarios, rifas o si necesitamos mucha plata, publicamos una cuenta RUT para que quienes puedan nos colaboren.
- ¿Alguno de ustedes es veterinario?
- ¡Ninguno! Sólo somos un grupo de personas que ama a los animales.
- ¿Qué estadísticas hay sobre los animales que están en la calle?
- El 80% de ellos tuvo o tiene un dueño y viven en el abandono. Sufren por hambre y sed y son maltratados.
- ¿Te ha tocado ver algo terrible?
- He visto perritos acuchillados. Y son esos perros los que luego atacan, pues así aprendieron a sobrevivir. Hay que saber que en Chile está prohibido que una mascota ande suelta.
- ¿Es cierta la mala fama que tienen cierras razas, como los rottweiler o los doberman?
- La mayoría de las mordeduras son de los poodles y cocker, pero como tienen el hocico más pequeño no hacen noticia. Sin embargo, el ataque de un rottweiler siempre es más grave, pero muerden menos.
- ¿Cómo hay que educar a las razas grandes?
- Por ejemplo, al pitbull hay que llevarlo desde los seis meses al parque, para que sociabilice. Ese animal nunca será bravo, sino que amoroso y fiel.
- Tú afirmas que los dueños tienen gran responsabilidad en las actitudes del perro.
- No hay perros malos, los malos son los dueños.