Estaban urgidos los locatarios de las fondas por cómo se venía la mano en estas Fiestas Patrias, así que en el último día de celebraciones salimos a consultarles qué onda con el recuento.
El terremoto tendió un manto de dudas con respecto a lo encendida que iba estar la gallá. Sin embargo, casi puras cuentas alegres recogimos en el periplo que nos pegamos por las ramadas del Parque O’Higgins y el Estadio Nacional en el último día de celebraciones.
ESTADIO NACIONAL
Entre anticuchos, empanadas y terremotos de copete, “El Saco Roto” fue el más quejoso: “El año pasado nos fue fantástico, ahora nos fue más o menos nomás”, soltó Cristián (41), el administrador. Distinta suerte tuvo “Salchipapas Tío Pepe”: “Nos fue increíble”, dijo Edita Pinto con una sonrisa de oreja a oreja.
“Solo sacamos cuentas alegres. Fueron cerca de 300 mil las personas que llegaron a disfrutar en familia a las 16ª Fiesta Chilena de Ñuñoa”, reveló María Allendes, la coordinadora general de la ramada.
PARQUE O’HIGGINS
Más prendida y popular que todas, la fonda del Parque O’Higgins es el epicentro de la movida dieciochera capitalina. Ahí los cabros disfrutaron a tope del zapateo y la gran variedad de comidas y bebestible que estaba disponible.
Esta vez los ramaderos dejaron atrás el llanto y gritaron a los cuatro vientos lo bien que les fue. “Ha sido extraordinario”, dijo Pato Villarroel, el administrador de la “Grandiosa Bertita”, uno de los locales típicos de la ramada.
Otro que sacó cuentas alegres fue “Dónde Zacarías”, ahí su dueño nos presentó la sensación de este 2015, el “levanta muertos”, consomé tipo ajiaco que Zacarías Alarcón regalaba como gancho a todos los que se acercaban a su local.
Como pa’ cerrar el portento, la coordinadora general de este evento, Maritza Canobra, dijo estar muy contenta “porque tenemos un balance absolutamente positivo”.