Frente a la escalada de casos, se dotó a los agentes policiales con pistolas tranquilizantes. Todavía no hay ataques graves, sino algunos rasguños y mordeduras.
45 es la cifra de personas que han resultado heridas desde el pasado 8 de julio en Yamaguchi, Japón. Niños pequeños, adultos e inclusive ancianos se han visto afectados con lesiones, que, aunque menores, han despertado la atención de las autoridades. Porque aparentemente ya se conoce al responsable…, o a los responsables: se trataría de macacos japoneses, también conocidos como monos de las nieves, en la ciudad y sus alrededores.
Eso dijo Yoshitaka Morishige, funcionario del departamento de conservación del gobierno de la prefectura de Yamaguchi, aunque todavía no pudo confirmar si los ataques resultaron ser obra de un mono rebelde o de varios de ellos.
La situación, como sea, preocupa a las autoridades japonesas toda vez que la cantidad de agresiones confirmadas se ha duplicado apenas en la última semana.
En concreto, quienes han sido heridos por alguno de estos animales, han reportado arañazos en las manos, en sus piernas, así como mordeduras en el cuello y estómago. Nada grave, de momento, pero el temor es que pronto eso suceda.
Las autoridades locales no han podido determinar la cantidad de los agresores. Si bien las víctimas han comunicado haber visto monos de diferente tamaño, Masato Saito, funcionario del ayuntamiento de Yamaguchi, sostuvo que “si un mono es pequeño o grande cambia de persona a persona, ya que depende de su percepción (...); podríamos resolverlo si hubiera una fila de monos, pero en este caso, no podemos decir con certeza si hay uno, dos o varios monos”.
Los primeros ataques, que tuvieron lugar a principios de julio, se perpetraron gracias a que al menos uno de estos animales ingresó a algunas casas y a una escuela mediante las ventanas, que se encontraban abiertas, o puertas corredizas. Como respuesta, se instruyó a los residentes para mantener los espacios cerrados y, así, evitar cualquier riesgo…, sin embargo, más personas han sido agredidas desde entonces.
La policía local intentó capturar al o a los responsables con trampas en distintos puntos de la ciudad. También dotaron de redes a sus patrullas, pero no fue posible. Por tanto, ahora, desde el pasado domingo, los agentes cuentan con pistolas tranquilizantes.
Mieko Kiyono, profesora asociada en la Universidad de Kobe, explicó que “los monos macacos japoneses han coexistido con los humanos desde el período Edo. Japón es muy montañoso y las comunidades viven cerca de las montañas donde viven los monos, por lo que es fácil para los monos ingresar a pueblos y ciudades”.
Además, ensayó una hipótesis: si bien estos monos suelen vivir en grupos, los machos jóvenes se van a vivir solos por un período determinado de tiempo. Así las cosas, Kiyono cree que el responsable de los ataques es un individuo macho.
“En Japón, cada vez más monos entran en casas y granjas y dañan los cultivos (...); los gobiernos locales tienen medidas para ahuyentar a los monos, por ejemplo, pueden usar fuegos artificiales para perseguirlos de regreso a su hábitat”, sostuvo la profesora.
Su miedo apunta a que los monos pudieran desarrollar hostilidad hacia los humanos e inclusive negarse a regresar a sus hábitats montañosos. “Los monos que aprenden a reaccionar contra los humanos se unirán a otras manadas, lo que generará más monos que no temen a los humanos”, cerró Kiyono.