Una mujer contó estremecedores detalles sobre las violaciones y abusos que habría cometido el cantautor.
Con un juicio oral pendiente falleció este sábado Humberto Baeza Fernández, más conocido como Tito Fernández. Una leyenda de la música nacional que vio opacada su carrera por graves denuncias de abusos sexuales.
El Temucano murió en su casa, en Puerto Montt, a los 80 años. Allí cumplía medidas cautelares luego que se postergara el inicio del juicio oral en su contra por su delicado estado de salud. El músico arriesgaba 34 años de cárcel por la presunta violación de al menos tres mujeres.
Los vejámenes habrían ocurrido entre los años 2010 y 2016 al interior de una especie de “logia” secreta y espiritual que lideraba el cantautor, denominada “Tallis” y que se reunía en el Centro Integral de Estudios Metafísicos.
Karim Zetkin, una profesora universitaria, rompió el silencio en junio pasado para entregar detalles sobre las acusaciones de abusos contra el folclorista.
Cruda denuncia contra Tito Fernández
“Yo no puedo nombrar a este hombre. No puedo verbalizarlo. Estaba tan decepcionada de todo... mi autoestima, yo no podía hablar, no podía sacar la voz, yo tenía mucho miedo a la vida y a los hombres”, desahogó la víctima al recordar en Chilevisión las agresiones que sufrió.
“El tenía un sequito de mujeres, algunas sabían de este grupo chico donde él abusaba”, relató la docente, quien llegó a ese grupo por recomendación de un conocido.
“Iba a poder saber más del mundo porque este caballero se supone que sabía mucho. Él, como líder, nos hacía pensar que tenía algún tipo de poder”, explicó.
La mujer revelo que “había actos sexuales por separado y en alguna oportunidad se hacía ahí delante de todos. Es terrible, era como hacer la filita para que él hiciera lo que tenía que hacer y después tú te ibas a sentar”.
“Yo recuerdo que mientras el abusaba de mi... estaba tratando de mirar afuera y cada vez que veo ese edificio se me pone la piel como lana y no puedo pasar por ahí”, expresó.
Entre otros detalles, la denunciante aseguró que el hombre usaba un cuchillo para sus supuestos rituales. “Te ponía la daga en cualquier parte del cuerpo y te contaba la historia de que las mujeres preferían suicidarse que decirle que no al maestro”.