“No recuerdo el funeral de mi hija”: el desgarrador testimonio de madre de Tamara Moya

Luego que José Antonio Neme le recordara una de sus primeras entrevistas en televisión, Camila Almonacid explicó por qué dejó de hablar tras el crimen.

Camila Almonacid, madre de Tamara Moya -pequeña de 5 años que fue asesinada por un asaltante tras una encerrona-, compartió un desgarrador relato a más de un año crimen que impactó al país.

Este jueves, la mujer llegó hasta el estudio de Mucho Gusto, donde conversó con Karla Constant y José Antonio Neme. Luego de escuchar las primeras de la entrevistada, el animador tomó la palabra y recordó una de las primeras conversaciones que tuvo con su esposo Raúl Moya, cuando ella no podía hablar.

“Yo creo, y te lo pregunto desde el desconocimiento total... ¿Tú todavía buscas el sentido de ese momento horrible? Estoy tratando de entender cómo estás aquí hoy. Yo te conocí cuando no podías hablar, no emitías sonido en un espacio de shock, eras una planta. Había que moverte de un lugar a otro, tu marido te sentó en un sofá, recuerdo. Hoy te veo expresando ideas. No sé si ya no le buscas sentido o anulaste ese momento de tu mente”, expuso el periodista.

“En mi caso, yo me eché a morir. Lo único que pedía es que ojalá yo hubiese perdido la memoria en ese momento que mataron a mi hija, no haber estado más aquí. Y mi cerebro lo hizo, me sacó de la realidad mucho tiempo. Por eso yo no hablaba, no comía. Y claro, Raúl (Moya) era mi apoyo, me llevaba de un lugar a otro, estaba preocupado, pero yo me fui de la realidad”, reconoció Camila.

Asimismo, reveló que “no recuerdo el funeral de mi hija, no recuerdo el velorio de mi hija. Yo recuerdo hasta el momento en que me entregan la noticia que Tamara muere. Ahí me desconecto por completo hasta que enterramos a mi hija. Me negué a tratamiento psiquiátrico por ocho meses, hasta que un día dije ‘me voy a matar’”.

“Le dije a Raúl: ‘vas a llegar a la casa y me vas a encontrar muerta’. En ese día dije que no me puedo seguir negando a recibir ayuda, porque ya no podía sola. Lo hice y mi psicóloga y mi psiquiatra me han ayudando harto. Me han cambiado los medicamentos muchas veces”, añadió.

Eso sí, contó que hace pocas semanas “dejé de tomarme la medicación por tres días y era una angustia que sentía que me faltaba el aire. No puedo andar sola en ningún lado, necesito siempre estar acompañada de alguien”.

“Nunca diré que estoy bien, yo ya me morí, uno es arrastrado por el tiempo. Me levanto diciendo ‘ya, qué voy a hacer hoy’. Nada. Todas mis responsabilidades eran con mi hija. Dejé mi trabajo, no soy capaz de coordinar. Tengo una memoria horrible. Pienso todo el día en ella”, cerró.

El crimen

El domingo 28 de febrero, Camila circulaba por la calle Pedro Fontova, en la comuna Huechuraba, cuando desconocidos le realizaron una violenta encerrona y la amenazaron con pistolas para robarle su vehículo.

La mujer pidió sacar a su hija del automóvil, sin embargo, uno de los asaltantes disparó.

El proyectil impactó a la pequeña en su abdomen, causándole la muerte.

“Presidente, mataron a mi hija. La vi morir, su sangre quedó impregnada en mis manos, sus ojos se apagaron y dejaron de iluminar nuestros días. Usted tiene hijos, ¿se imagina este dolor? Ni siquiera creyendo sentirlo, podría llegar a comprender”, escribió la madre de la menor en una carta que entregó días más tarde en La Moneda.

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