El Arzobispado se pronunció sobre las “religiosas” que habrían sellado un secreto “pacto” de muerte.
El Arzobispado de Santiago rompió el silencio sobre las supuestas monjas vinculadas al macabro hallazgo de un cadáver en la vía pública de Ñuñoa. La institución aclaró su vínculo con la iglesia.
A través de un comunicado, la iglesia aseguró que Lorenza Ramírez, la mujer de 80 años que dejó el cuerpo en la calle y dijo haber sellado un pacto con su amiga fallecida, “no es religiosa”.
Según la PDI y Fiscalía, la adulta mayor se presentó como “laica consagrada”, denominación que se da a personas comunes que “se casan” con Dios sin pasar por una orden o formación.
“La mujer adulta mayor que habita su domicilio particular en Ñuñoa, no es religiosa, ni pertenece a un instituto de vida consagrada de la iglesia católica”, manifestó el Arzobispado.
De la misma manera, afirmaron que sobre la mujer fallecida tampoco tienen “registro de que sea religiosa, ni consagrada de esta Arquidiócesis”.
Quien sí es religiosa, es la hija de Lorenza. Detallaron que ella llegó a Chile desde Italia, hace poco tiempo, para cuidar a su madre octogenaria.
Iglesia habló del “pacto” y el destino del cuerpo de la fallecida
Junto con la dudas sobre su calidad de monjas, se especuló sobre la decisión de la mujer sobreviviente de no sepultar a su amiga tras su fallecimiento. Según trascendió, eran pareja y la sobreviviente habría querido mantener el cadáver en una maleta en su casa, a raíz del mismo pacto que sellaron en vida.
Al respecto, el Arzobispado señaló que “la Iglesia exhorta vivamente a la inhumación de los restos mortales, en la fe de la resurrección y por la dignidad humana dada por el Creador, respetando la legislación y normativa de cada Estado donde ella se encuentre”.
Junto con esperar que la Fiscalía aclare todo lo ocurrido, la institución eclesiástica pidió “por el eterno descanso de quien ha sido encontrada y que su deceso nos remezca como sociedad, para ir creciendo juntos en amor y humanidad”.
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