Padres acusaron presuntos abusos sexuales de funcionarios que llegaron a realizar un operativo de salud.
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, se desmarcó de eventuales responsabilidades frente a un operativo de salud donde habrían ocurrido abusos sexuales, al interior de una escuela de Talcahuano.
Según acusaron los apoderados de la Escuela Villa Centinela Sur, los niños y niñas llegaron contando que les realizaron tocaciones, preguntas íntimas de índole sexual e incluso, les habrían exhibido videos para adultos.
Sin bien en un inicio se habló de una supuesta “charla sexual”, la Municipalidad de Talcahuano, que es sostenedor del colegio, aclaró que se trataba de un operativo de salud relacionado a un control sano.
Qué dijo el ministro de Educación
Ante el escándalo, voces de la oposición apuntaron sus dardos hacia el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, contra quien se impulsa una acusación constitucional.
Frente a los cuestionamientos, Ávila salió a aclarar que se trataba “de un operativo de salud” y “en ningún caso era una charla asociada a un tema de afectividad sexual”. El procedimiento surgió de un Cesfam, “Salud, no tiene que ver con Educación”, recalcó.
“Son los sostenedores los responsables de las autorizaciones, lo mismo que los apoderados. Esto no depende del Ministerio de Educación”, insistió, en declaraciones recogidas por Radio Bío Bío.
A través de Twitter, el ministro agregó que la situación es “gravísima”, “constitutiva de delito” y que la Superintendencia de Educación ya inició una investigación, paralela a la indagatoria judicial.
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