Elenita Gálvez, a sus 88 años, se mantiene como tuna, y la clave es nada menos que su cleta, la que agarra todos los días en el sector rural de Cerrillos, en la Sexta Región, para trasladarse a Rengo, en una travesía que suma nada menos que 11 kilómetros.
La nonita cletera es tan popular en la comuna, que el mismo alcalde de Rengo, Carlos Soto González, le regaló una bici nueva de paquete, en reconocimiento a su pasión por la vida sana pese a su avanzada edad.
- Oiga doña Elenita, ¿cuál ha sido el pique más largo que se ha pegado?
- De aquí de Cerrillos a la Pimpinela, cerca de Requinoa. Esos deben ser unos 60 kilómetros ida y vuelta, y me demoré dos horas en ir y una hora y media en volver, porque de ida es pura subida para allá.
- ¿Cuál es la clave para no arrugar arriba de la chancha a sus 88 años?
- Tener las ganas de pedarlear solamente, mijito. Además, mi bici es sagrada, la tengo para mi servicio, no la vendo ni la presto.
- ¿Desde cuándo tiene su bicicleta?
- Esta debo tenerla hace como 30 años, claro que yo comencé a andar en bicicleta cuando tenía 43 años, justo después que me separé de mi marido, pero igual esta bicicleta tiene que tener como 70 años.
- Incluso participó en una cicletada familiar...
- Sí, la otra vez en Rengo, y todos se admiraban de verme en mi bicicleta, me sacaban fotos, y yo feliz.
- Abuelita, ¿hasta cuándo tiene pensado seguir pedaleando?
- No sé, yo creo que hasta que ya no pueda más, aunque por ahora igual tengo energía para rato, si paso todo el día en mi bicicleta, y acá todos se sonríen cuando me ven. Este es mi auto les digo yo, jajajá.
