Nona gatúbela arriesga cana por obsesión con sus "hijitas de 4 patas"

En 2006 María Cristina Gaete (67) invirtió los ahorros de toda su vida en un departamento de la comuna de Providencia.

La única compañía de esta nonita son tres gatas peloláis, a las que considera su familia y por la cuales el Segundo Juzgado de Policía Local la notificó y multó con 3 UTM (alrededor de 111 mil pesos), por un problema de convivencia generado en su edificio.

Su calvario empezó hace más de un año, cuando el presidente de la comunidad se enteró de que vivía con tres felinos, lo que está prohibido, según el reglamento de copropiedad.

En favor de sus mascotas y su forma de vida, la abueli gatúbela retruca que "mis niñas no transitan en lugares comunes, no andan en los pasillos, nunca han salido del departamento".

María Cristina pide comprensión a usía del 2° Juzgado de Policía Local: "Mis gatitas son la única compañía que tengo, son como mis hijas de cuatro patas".

Ella intenta comprender la actitud de sapeo del sheriff de la comunidad: "Esto fue simplemente una conducta individual y personal del presidente, al cual no le gustan los animales".

Para rematar su historia como mami felina, hace una semana la más vetusta de sus gatitas, la cocoroca "Guggy", de 16 años, fue internada en una clínica por una insuficiencia renal.

"Con lo de la 'Guggy' más todo este problema de la demanda, que si no pago tengo que dormir 14 noches en la cárcel, estoy  absolutamente devastada", confesó a La Cuarta, mientras regaloneaba con "B-B" y "Camila", sus comadres gatunas.

APOYO

Pero al parecer María Cristina no está solita en su lucha por tener a su lado a "sus hijas", ya que el presidenciable del MAS, Alejandro Navarro, le prestó ropa: "Los gatos no son bulliciosos ni peligrosos y son la única compañía de María Cristina".

El senador dijo que está pidiendo urgencia para un proyecto que presentó en 2008, que permite la tenencia de mascotas en edificios, "salvo las que sean calificadas como peligrosas por la ley".

Su idea es que "no haya tragedias ni amenazas de cárcel a personas honestas y amantes de los animales domésticos.

Cristian Contardo D.

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