Al otro lado de la línea, les alertaban que la abuelita Elva Trejo, de 78 años, había caído a un profundo pozo al interior de su casa.
Los bomberos de la Región de O'Higgins se chantaron su uniforme y partieron hechos un cuete al sector de Yáquil.
En menos de lo que canta un gallo de fuego, llegaron al domicilio, donde cacharon que el asunto era peludo: el hoyo de una estrecha noria medía 9 metros de profundidad.
Al toque realizaron un operativo de rescate que fue grabado por un cazanoticias. A un bombero lo amarraron a una cuerda y lo bajaron de cabeza al hoyo. Con un gancho sujeto a la nonita y la subió. Y aquí viene lo sorprendente, pues resultó sólo con una herida en su mandíbula.
A llegar a la superficie, la abuela contó que había puesto una tabla para poder subirse y cortar racimos de uva, pero perdió el equilibrio.
"Pensé que me iba a morir junto al bombero que me estaba rescatando", dijo la canosita, tras abrazar al héroe que la sacó de la oscuridad.
La señora fue trasladada primero hasta el hospital de Nancagua y luego a San Fernando, donde se encuentra en evaluación.