Después de casi 15 años de dimes y diretes entre la justicia europea y Google el cuento llegó al final. Un tribunal reconoció a un particular el "derecho al olvido" y obligó a Google a borrar información que le traiga atados.
Hasta ahora el navegador más usado en Europa se había negado a cancelar información y se había amparado en que el buscador no está sujeto a la legislación española ni europea al tratarse de una empresa estadounidense; sin embargo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea le dobló la mano.
El caso que desde hoy será un precedente para el resto del planeta, fue presentado el español, Mario Costeja González, quien presentó su drama ante la justicia porque por años apareció encalillado en un cuento que ya tenía arreglado y más encima lo daban por casado cuando ya la flor se le había muerto hace rato.