En los tribunales terminó un atado erótico entre un soldado de la patria y un travesti -capicúa-, que se agarraron a mechoneos y arañazos, la noche del sábado en un motel para homosexuales de Arica, la ciudad del histórico morro.
Según fuentes ultrasecretas, desclasificadas por La Cuarta, el lío se desató cuando el viril infante, con la bayoneta calada y presto a ensartar todo lo que se pusiera por delante, llegó hasta un nido de amor clandesta ubicado en calle General Lagos abrazado con su amor, Carlos Hurtado Benavides (34), más conocido en el ambiente como "Jocelyn".
Tras encamarse como corresponde, la campanillera del local escuchó alaridos de pánico de la Jocelyn y marciales órdenes del soldado tales como "punto y codo", "poto al aire, marrrr" y otras. Como en su agenda no estaba contemplado ningún "ejercicio de enlace", ni "Operación Unitas", la doña llamó a Carabineros.
En presencia de la verde autoridad, el milico dijo ser víctima de un infame cogoteo de parte del transgénero, acusación que éste negó y dio una explicación totalmente diferente.
"Lo que pasa es que soy una mina pasiva y el soldado me pidió pasar a la ofensiva previo pago de 15 lucas. Cuando me negué, el milico se enojó, porque quería que le clavara la bayoneta y yo soy pacifista", sostuvo el imputado.
Como el tribunal necesitaba más antecedentes y estaba en juego el honor militar y el de los maricuecas, la audiencia se postergó.
Según "Jocelyn", no era la primera vez que se encamaba con el soldado, que eran amantes y que el uniformado es bisexual, lo cual explica la situación, aunque no quién era en esta ocasión el "sopla nuca" o el "muerde almohada".
Manuel Vega O.