Junto a su esposa y al ex presidente gringo George W. Bush, Barack Obama recordó a las 2.983 víctimas del 11-S en el décimo aniversario de los ataques terroristas.
El mandatario conmemoró el golpe de Al Qaeda en la misma "zona cero" de Nueva York, junto a familiares de las víctimas y autoridades de gobierno.
Detrás de un vidrio antibalas y bajo un fuerte contingente de seguridad, debido a las amenazas de días anteriores, el mandatario recordó el salmo 46, diciendo que "no temeremos aunque las aguas rujan o las montañas desaparezcan", según consignó EFE.
Tras una sencilla ceremonia, que incluyó dos minutos de silencio, Barack recorrió el monumento con espejos de agua y columnas de mármol, y leyó algunos nombres de los fallecidos.
Algunos familiares recordaron a sus víctimas, como Peter Negron, que perdió a su papá a los 13 años. "Me hubiera gustado que estuviera ahí para enseñarme a manejar, verme en una cita o verme graduado de secundaria. Querías hacer una diferencia y te admiro por eso", señaló, al borde de las lágrimas.
Luego de la ceremonia, los familiares pudieron visitar el memorial, que fue inaugurado ayer.
Tras escuchar los nombres de todas las víctimas de voz de sus familias, el mandatario y su esposa viajaron hasta Shanksville, en Pensilvania, lugar donde cayó un tercer avión, gracias a que los pasajeros doblegaron a los terroristas. Ahí fallecieron 40 personas.
El último homenaje se realizó en el Pentágono, donde el mandatario depositó una ofrenda floral en recuerdo de los 183 muertos.
Durante la noche Obama realizó un discurso en cadena nacional.