Obama vino con operativo cocinado

Fueron casi diez años de búsqueda ininterrumpida de Osama bin Laden. Por su cabeza el gobierno gringo ofrecía 25 palos verdes. Los datos manejados por las diversas agencias de seguridad gringas eran contradictorias y lo único que se tenía relativamente a firme era que estaba fondeado en alguna cueva del sector limítrofe entre Pakistán y Afganistán.

Según lo poco que se ha filtrado, el Presidente Obama tuvo 5 reuniones desde la segunda quincena de marzo, pero ya desde agosto de 2010 había indicios serios de que el barbón se encontraba en la ciudad paquistaní de Abbottabad, ubicada a 56 kilómetros al norte de la capital, Islamabad.

Obama vino a Chile el 21 de marzo, por lo que bien pudo haber tenido clarita la película acerca de la suerte que tendría el futuro de la guerra contra el terrorismo que inició Estados Unidos bajo el gobierno de George W. Bush, apenas ocurrió el atentado a las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001.

Para lograr la meta, según los diarios The New York Times y The Guardian, se echó mano al seguimiento de un emisario de Bin Laden, de suma confianza. El dato de la existencia de esa persona habría sido obtenida por la inteligencia norteamericana de boca de algunos presos en Guantánamo.

Desde hace 4 años se conocieron los primeros detalles de este personaje, pero sólo en los últimos dos se pudo establecer la zona en que se ubicaba.

Pero sólo fue en agosto del calendario pasado cuando se conoció la zona en la que el emisario de Bin Laden se movía. El lugar era la ciudad de Abbottabad, que luego se analizó que era ideal para resguardar al hombre más buscado del mundo. Tenía todas las características de un pequeño fuerte militar. De hecho, viven allí ex militares pakistaníes.

Conocido el lugar, los satélites norteamericanos se posaron sobre la casa, que habría sido construida el 2005 por el propio emisario a un costo de un par de millones de dólares.

La operación fue de alto nivel, sólo el Presidente Obama y un puñado de hombres de su círculo más cercano, entre ellos el jefe de la CIA, Leon Panetta (ver recuadro) sabían lo que ocurriría. Ni siquiera estaba enterado el Gobierno paquistaní, el que sólo fue informado luego que el grupo de elite de la Marina yanqui cumplió la misión.

Uno de los principales retos para los soldados norteamericanos era sortear los altos muros de la residencia, que parecía un pequeño castillo. Pero gracias al uso de helicópteros, se ingresó fácilmente a la casa donde encontró la muerte Bin Laden.

PANETTA PASARÁ DE CIA A CAPO DE LA DEFENSA
Uno de los más estrechos colaboradores del Presidente Obama es el actual jefe de la CIA, Leon Panetta.
Este funcionario de 73 años tuvo un papel relevante en esta pasada ya que dirigió las labores de inteligencia, con satélites incluidos, para acorralar a Bin Laden.
Pese a mojar la camiseta por los demócratas, comenzó su carrera política en el gobierno del republicano Richard Nixon.
Choreado de su experiencia, se dedicó a escribir libros y se pasó a las huestes demócratas, acusando a los republicanos de que se habían alejado del centro político.
Luego llegó al parlamento hasta 1993. Fue jefe de gabinete de Bill Clinton y en enero de 2009 asumió en la CIA. En junio próximo será el nuevo secretario de Defensa.

COMPARTIR NOTA