Obispo Barros tras su renuncia: "les pido con humildad que me disculpen"

El nombre de Juan Barros sonaba con fuerza entre las denuncias y encubrimientos de abusos sexuales. El obispo de Osorno había estado en el ojo del huracán durante los últimos años. La gente pedía su renuncia y lo acusaban de cómplice.

Y fue nada menos que el propio Papa Francisco, quien el año pasado lo defendía contra viento y marea, el que aceptó su renuncia la mañana de este lunes.

La carta firmada por Juan Barros fue divulgada luego de que el Vaticano comunicara la salida del prelado junto con el de Puerto Montt y Valparaíso.

"Limitaciones"

El religioso emitió una carta en donde agradece el apoyo de sus amigos, familiares y, aunque no pide disculpas a las víctimas, sí lo hizo por "por sus limitaciones".

"Leas pido con humildad que me disculpen por mis limitaciones y lo que no pude lograr. El Padre misericordioso del cielo nos ayude a todos para mejorar, para amar en todo. Nuestras vidas están en las manos de Dios que conoce nuestras conciencias y las acciones de cada uno en este complejo tiempo que nos tocó vivir", escribió, agregando que se siente agradecido hacia el Papa Francisco y que espera que "algún día llegue a resplandecer toda la verdad".

Lee la carta completa:

Hoy se ha comunicado oficialmente que el Santo Padre ha aceptado mi renuncia al gobierno pastoral de la Diócesis de Osorno. Como es de conocimiento público, en ocasiones anteriores ya había puesto en sus manos esta misión encomendada.

Nuevamente expreso mi gratitud al Papa Francisco por su viva y paternal preocupación para el bien de todos. Con espíritu de fe veo en sus decisiones los caminos de Dios, su Divina Providencia nos va conduciendo para nuestro mayor bien.

A la Diócesis de Osorno le deseo lo mejor en su peregrinación hacia la plenitud cristiana. He rezado mucho por esto y traté de colaborar en ello estos años que fui destinado a este servicio pastoral.

Agradezco a todos quienes con fe me recibieron, me acompañaron generosamente, trabajaron con amor por su Iglesia. Agradezco a muchas personas y comunidades que han rezado y también ofrecido sus dolores conmigo

en este tiempo, en la esperanza de "que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman" (Romanos 8,28). A los más pobres y quienes más sufren les envío un especial abrazo, pidiéndoles que no dejen de orar por

mí.

Les pido con humildad que me disculpen por mis limitaciones y lo que no pude lograr; el Padre misericordioso del cielo nos ayude a todos para mejorar, para amar en todo. Nuestras vidas están en las manos de Dios que conoce nuestras conciencias y las acciones de cada uno en este complejo tiempo que nos tocó vivir.

A mi querida familia y buenos amigos que me acompañan espiritualmente y estimulan, les encomiendo especialmente a la recompensa eterna de Dios. Sigamos confiando el presente y futuro a su infinito Amor.

Renuevo mi confianza en el amparo y guía de nuestra Santísima Madre la Virgen María, pidiéndole especialmente que algún día llegue a resplandecer toda la verdad.

+ Juan Barros Madrid

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