Obreros sordos usan sus celus para hacer la pega

Ocho trabajadores con discapacidad auditiva se desempeñan en la obra de Nuevo Edificio Consistorial, de Huechuraba. Lo hacen con la ayuda de videollamadas y la empatía de sus colegas.

Los avances tecnológicos no sólo han traído progreso, también han sido fundamentales en procesos de integración, que antes hubiesen sido inimaginables.

Bien lo saben en Huechuraba, donde ocho obreros agradecen todos los días esta magia del futuro, que es la que les permite desempeñar sus labores de una manera muy especial.

¿La particularidad de este puñado de trabajadores? Todos presentan distintos grados de discapacidad auditiva.

Para ellos, y el resto sus compañeros, esta jamás ha sido una barrera que les impida rendir al 100% en sus labores cotidianas.

Los ocho obreros pertenecen a la obra gruesa del nuevo Edificio Consistorial de la comuna, enclavado en calle Premio Nobel, y que contempla 3.900 metros cuadrados de oficinas, espacios universales y accesos.

La magia. Al no poder escuchar con claridad las instrucciones para desempeñar sus tareas -por razones obvias-, el grupo de sordos recibe un trato exclusivo, y buena parte del éxito de esa relación la tiene Luis Miranda, maestro instalador de ventanas de aluminio, y que fue quien los reclutó.

Este hombre se ha esforzado para brindar a su súper escuadrón las mejores condiciones, tanto así que confiesa que "manejo un 40% el lenguaje de señas, y le estoy poniendo empeño para ir siempre mejorando un poquito más".

Al tratarse de una obra de gran envergadura, el "Lucho" no siempre puede estar encima de sus compañeros con esta discapacidad, por lo que implantó un sistema único: la videollamada por WhatsApp.

"Por ahí les explico a través de señas lo que necesito que hagan, para maximizar el tiempo. Nos ha resultado de maravillas, sobre todo porque ellos son muy aplicados y unidos, hasta tienen un equipo de baby", destaca Miranda de sus regalones.

Los obreros del "wasap", en tanto, lo reconocen y se lo agradecen. Así lo expresa, a su modo, Boris Peña, uno de los líderes de este lote.

"Los compañeros de trabajo en la obra no tienen problema con mi condición, nunca me han discriminado. Es más, hacen todo lo posible para facilitarnos las cosas a nosotros. De hecho, siento que la gente de afuera es la que más me discrimina por ser sordo", narra.

Para Carlos Cuadrado Prats, edil de Huechuraba, esta señal de integración resulta vital. "El hecho de que la nueva municipalidad, el edificio madre de la comuna, sea construido por personas con discapacidad auditiva, nos llena de orgullo, sobre todo porque conocemos sus historias y el esfuerzo que realizan a diario", destaca la máxima autoridad comunal.

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