Tras 42 años de carrera y a meses de jubilarse, el más grande humorista chileno, Coco Legrand, dio luces de que tiene ganas de virarse en moto a los cuarteles de invierno.
En una charla en la Universidad Diego Portales, el cómico de 64 años dijo que ya no está en edad de pedir "un buen de par de gomas ni un buen de pedazo de poto. A esta edad con que la vieja tenga pelo me conformo".
"Estoy en la juventud de mi vejez y me siento feliz por ello. Estoy muy alegre porque es un momento maravilloso", les contó el Lolo Palanca a los cabros que repletaron el auditorio.
Sobre su don de hacer reír con sus monólogos, Legrand recordó que "mi carrera me ayudó a salvar momentos difíciles de mi vida, como fue la muerte de un hijo. Si no es por este oficio mi situación sería otra, habría reaccionado con mucho odio".
El Cuesco Cabrera señaló que el humor lo hizo fuerte y que lo convirtió en una mejor persona.
"Soy un triste con corazón de alegre y una persona cercana a las personas. Me he podido dar cuenta de que los hombres que vivimos del humor nos humanizamos y que nos gusta servir a los demás, en mi caso haciendo reír", comentó el humorista.
En cuanto al servicio, Coco Legrand les recordó a los universitarios que "es un gesto maravilloso que sólo provoca felicidad. Levantar un papel es un acto pequeño, pero que también sirve de ejemplo. Hay gente que dice esa wea a mi no me corresponde, pero hay personas que se sienten felices de hacerlo. Siempre siéntanse felices de servir y todos los días pregúntense ¿a quién voy a servir hoy, a mi familia, a mis amigos, a mi empresa?".
Sobre Chile, sus símbolos y costumbres, dijo que todavía no sabe por qué cresta el huemul y el cóndor son los animales del escudo nacional.
"Nadie sabe cómo son los huemules. Parecen un bambi gay y en el escudo lo ponen del porte de un caballo. Y el cóndor es el ave voladora más grande del mundo...pero carroñera. ¡Puta que escogimos bien pa' representarnos! ¡En vez de chileno la palabra debería ser hueondor!".
Consultado sobre el secreto para ser chistoso, Coco Legrand recordó que "no hay institutos para ser graciosos" y que la papa "no está en hacer rutinas de humor, sino que entregar información y contar experiencias en forma divertida, y nunca hacerse el divertido ni el gracioso".
Por el contrario, dijo, siempre hay que ser humildes, "porque los seres humanos somo frágiles y estamos parados en un fideo".
Antes de virarse, Legrand recordó con emoción a quien fuera el gran impulsor de su carrera: Manolo González.