Ojo con la tiroides en el embarazo

Claudia Riedel, científica, dire de Bachillerato en Ciencias de la Universidad Andrés Bello y colaboradora del Núcleo Milenio de Inmunología, descubrió recientemente que la hipotiroxinemia, una enfermedad asintomática de la tiroides, tiene consecuencias dañinas durante el embarazo en el normal desarrollo del feto.

El estudio, que será publicado en la revista norteamericana Endocrinology, explica que la escasez de hormona conocida como T4, presentada en la gravidez, tiene efectos negativos en el sistema nervioso central durante la gestación. Como resultado se desarrollan niños con problemas cognitivos, déficit atencional y bajo coeficiente intelectual (CI).

"Durante su gestación, el feto depende de las hormonas tiroideas maternas para un apropiado desarrollo del sistema nervioso central. Si éstas se encuentran bajo los niveles de normalidad del embarazo, el sistema nervioso central del feto no podrá crecer y desarrollarse en todo su potencial," explica la doctora..

La hipotiroxinemia afecta a una de cada 30 mujeres en el mundo. Es similar en algunos aspectos al hipotiroidismo, bastante común en Chile, y que es provocado por el déficit tanto de hormona T3 y T4 de la tiroides. En este caso, la patología se manifiesta en una baja del metabolismo y síntomas de cansancio, debilidad, intolerancia al frío, depresión y aumento del colesterol. Aunque también puede generar efectos negativos en la gestación, la diferencia está en su fácil detección. Así, las mujeres cuentan con un seguimiento y apoyo de sus médicos al momento de quedar embarazadas.

Lo ideal es incentivar la pesquisa precoz de este mal y evitar daños futuros tras el nacimiento del bebé.

DIMINUTA

De un tamaño que no supera los cinco centímetros de diámetro, la tiroides es una pequeña glándula ubicada en el cuello y que, normalmente, apenas se puede sentir. Sólo en el caso de que se agrande puede palparse fácilmente como una protuberancia. Eso es lo que ocurre con el bocio, el aumento del volumen de la tiroides, al que históricamente se le ha asociado el déficit de yodo como una de sus causas.

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