Las últimas tecnologías han ayudado caleta a la barra, pues le sirven para optimizar el tiempo, la plata y la calidad de vida.
Pero como toda cara tiene su sello, hace unos días un grupo de cerebritos che reveló una horrible verdad para los machos computines: los notebooks conectados a internet inalámbrico son el peor enemigo de los espermatozoides.
El estudio publicado en la revista Fertility and Sterility, fue realizado por los capos del centro de medicina reproductiva Nascentis que está en Córdoba, Bifelandia.
"Hace dos años que teníamos la inquietud por el tema de las radiaciones electromagnéticas, pues habían estudios sobre los efectos que causan los celulares, y como la WiFi posee el mismo sistema, quisimos saber qué es lo que ocurría", dijo el doc César Sánchez, uno de las luminarias tras el estudio.
De acuerdo a lo que explicó Sánchez, se tomaron muestras de semen a 29 machos sanitos, que tenían entre 26 y 49 pepas.
Unas cuantas muestras se expusieron durante cuatro horas a la radiación de computadores con WiFi.
"Una de las cosas que sabíamos es que las laptop producen radiación, pero cuando se le conecta el WiFi, ésta se puede multiplicar seis veces", dijo el doc.
Después de dos semanas, notaron que los pirigüines andaban más lentos, además de que sufrían daños irreversibles en su ADN.
Esto no pasó con el fluido seminal que no fue sometido a la radiación electromagnética de los portátiles.
"La radiación no mata a los espermatozoides, pero sí disminuye su calidad, por ende, afecta la fertilidad masculina", agregó Sánchez.
- ¿Y en qué influye los cambios en el ADN?
- La alteración que se produce podría predisponer a que si la mujer se embaraza, pueda perder al feto.
- ¿Se podría culpar al notebook del aumento de la infertilidad?
- Culparlo, no. Porque existen más aparatos que emiten ondas electromagnéticas que afectarían la fertilidad. Creemos que esto es la punta del iceberg.
- ¿Qué le recomendaría a los computines que se ponen el notebook entre las piernas?
- Ante todo, que tengan cuidado con el uso del portátil, que utilicen una mesa metálica o de aluminio que proteja a los testículos de las radiaciones. No se les puede pedir que no lo usen más, sino que sean más cuidadosos.