Orias salió del Siquiátrico y voló a casa de su familia en Coyhaique

Rodrigo Orias, el joven adicto a los cultos satánicos que asesinó a un cura en la Catedral Metropolitana de Santiago guiado por las voces infernales que retumbaban en su cerebro y que por tal hecho fue sindicado por muchos como la mano siniestra del Anticristo, ya se encuentra en libertad.

El "Respi", nativo de Coyhaique, fue dado de alta por el equipo siquiátrico del Hospital de Putaendo y, silenciosamente, regresó a su casa paterna, a casi cuatro años de haber apuñalado al sacerdote italiano Faustino Gazziero, el fatídico sábado 24 de julio de 2004.

Ese día, pasadas las 18 horas, Orias, que por entonces tenía 25 años, ingresó a la Catedral y luego de ocultarse tras uno de los pilares que se encuentran al costado del altar mayor esperó a que el sacerdote terminara la misa para apuñalarlo.

Faustino Gazziero falleció desangrado en medio del terror de los asistentes. Cumplida su "satánica misión", Orias volvió el acero contra sí mismo y se infirió varias heridas en el cuello.

Fue detenido casi de inmediato. La investigación y las pruebas siquiátricas determinaron que Orias, técnico forestal, actuó solo y que el móvil había que buscarlo en una crisis de locura: Se le diagnosticó esquizofrenia paranoide.

ABSUELTO

Con esos antecedentes, el tribunal lo absolvió del crimen, pero ordenó su internación en un establecimiento siquiátrico.

Inició su tratamiento en el Hospital Siquiátrico de Putaendo.

"Respecto al trabajo que nosotros realizamos creo que hicimos una muy buena labor, por eso es que estamos confiados de que Rodrigo Orias junto al apoyo médico, sicológico y de su familia podrá seguir con su progreso. De hecho, esta progresión favorable fue la que le permitió egresar del hospital y ahora concentrarse en tratar de tener una vida normal", dijo la doctora Carmen Castillo, dire del Servicio de Salud Aconcagua.

Agregó que "en cuanto a su tratamiento éste es medicamentoso y sicológico, pero es clave el trabajo de reinserción social que hemos realizado con él y su entorno. Recordemos que éste es uno de los pacientes que más conocemos en el sistema, por lo que podemos asegurar que estamos trabajando con mucha responsabilidad para que Rodrigo no tenga mayores problemas. Él ahora está bien y puede hacer una vida normal".

Según su abogada Carmen Gloria Arroyo "lo importante es que la gente sepa que Rodrigo es una persona enferma, que la esquizofrenia no se cura, sólo se mantiene estabilizada, con medicamentos. Rodrigo se sometió a un tratamiento y su alta médica se basa en decisiones médicas, ya que desde el año pasado su caso no depende del Ministerio de Justicia si no que del Ministerio de Salud".

F. Bonifaz/L. Vieyra/ M. Vega

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