Los vecinos de la comuna de Laja, en la Región del Biobío, quedaron de una pieza al enterarse que la Policía de Investigaciones encontró varias toneladas de comida enterrada en un sector rural, a nueve kilómetros del poblado.
La denuncia fue hecha por un concejal de la comuna y reveló la existencia de dos pozos repletos de alimentos aparentemente destinados a la emergencia generada por el terremoto de febrero del 2010.
Este es el segundo hallazgo de este tipo, pero en este caso es peor, porque muchos de los alimentos ni siquiera estaban vencidos ni contaminados.
"Al efectuar la inspección se logró determinar que existen dos excavaciones con abarrotes, harina, fideos, salsa de tomates y otros, vencidos, por vencer y otros vigentes que se encontraban enterrados a pocos centímetros de la superficie", señaló a la prensa el subcomisario Miguel Domínguez, de la PDI de Cabrero.
El alcalde de Laja, Vladimir Fica, no se refirió al asunto, pero sí lo hizo su administrador municipal, Miguel Gajardo, quien aseguró que no tenía ni la menor idea del tema.
"En el tema de la emergencia que ocurrió hace un año atrás. Efectivamente se utilizaron muchos lugares para guardar alimentos, por lo menos puedo nombrar cuatro, no tengo cifras, no tengo lugares, nada más", dijo el guaripola.
Los antecedentes quedaron a disposición del Ministerio Público, donde investigarán si se configuró algún delito por parte del municipio.
