Pablo Guede ya tuvo su primer encontrón con el plantel albo

De todo hay en la viña del Pulento y aquí en La Cuarta no discriminamos a nadie. Pero ayer pudimos comprobar en terreno que a Pablo Guede no le gusta por "detroit".

Y así se lo hizo saber a sus dirigidos, pues repartió lumazos cada vez que algun miembro del plantel osaba regresar el balón a la línea defensiva... ¿qué se estaba imaginando, cochinón?

El ejercicio era simple: en fútbol reducido, los dos equipos debían buscar el arco contrario sin dar ni un pase en reversa y se detenía el juego cada vez que esto pasaba. "Hay que pensar. No quiero hacer lo más fácil, que es jugar para atrás", les gritó cuando no entendían sus órdenes.

Pero como los chiquillos no querían pasar la tarde sin poderse sentar, rápidamente entendieron el concepto y pudieron irse a las duchas.

El que no entrenó fue Michael Ríos, quien según Guede en radio Bío-Bío "se infiltró el tobillo derecho para calmar el dolor que le produjo una lesión ante Unión Española".

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