El padre Felipe Berríos, capellán de Un Techo para Chile, llegó hasta La Moneda para fumarse la pipa de la paz con el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, dando por zanjados los dramas por la instalación de mediaguas.
El jueves pasado el sacerdote calificó como "una vergüenza" que una cachada de mediaguas entregadas por el Gobierno se pasaran con las lluvias y encontró trucha las cifras de casas de emergencia ya instaladas.
"Es propio de la emergencia, en la que se está respondiendo a incendios continuamente, que hayan ciertos roces, que es bueno conversarlos personalmente y darse cuenta que a veces son menores de lo que se piensa", señaló ayer en la casa de Gobierno el sacerdote Berríos.
Agregó que el atado de "hoy (ayer ) no sólo lo damos por superado... se reforzó el compromiso de trabajar más fuerte para ayudar a los afectados".
Por su litro, el ministro del Interior dijo que "algunas casas más o algunas menos en los conteos no es lo que debe ocupar en estos momentos al Gobierno ni a Un Techo para Chile".