Palma Salamanca: una vida en fuga

En San Miguel de Allende, Esteban Solís Tamayo era un fotógrafo local que colaboraba con la revista Espiral. Una vida simple para un profesional mexicano en el Estado de Guanajuato, que a ratos se codeaba con el circuito artístico de esta ciudad de casi 70 mil habitantes.

Detrás de su vida sin ruidos, Solís vivía una doble vida: integraba una temida banda de secuestradores que se había transformado en el dolor de cabeza de la policía mexicana y que con la detención de uno de sus líderes, activó un plan de huida.

Esteban tuvo que retomar su verdadera identidad y huir junto a su pareja a Cuba y luego a Francia, donde ingresó con su verdadero nombre: Ricardo Palma Salamanca, el "Negro", uno de los frentistas autores del asesinato de Jaime Guzmán ocurrido en 1991, uno de los crímenes por los cuales se encontraba recluido en la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) y de la cual se fugó en diciembre de 1996 junto a otros tres reclusos.

Palma Salamanca también cumplía condena por el asesinato de coronel de Carabineros Luis Fontaine y del sargento de Ejército Víctor Valenzuela.

El 18 febrero de este año, Palma Salamanca era detenido en las calles de París. Atrás dejaba una doble vida, que en los últimos años había decidido dedicarla a la delincuencia.

En México, el "Negro", junto a su pareja Silvia Brzovic, también ex frentista, se asoció a Raúl Escobar Poblete, alias "Emilio", para operar una banda de secuestros en San Miguel de Allende.

Escobar ya había participado en este tipo de delitos: los cautiverios del empresario brasileño Washington Olivetto y de Cristián Edwards, hijo del dueño del diario El Mercurio .

Se presume que junto a su pareja, Marcela Mardones, llegaron a México luego de la fuga de la CAS, operación de rescate en la que "Emilio" había abierto fuego desde el helicóptero contra los puestos de vigilancia de los gendarmes.

Escobar fue detenido en mayo de 2017 durante un secuestro fallido, que también marcó el inicio del fin de la historia de Palma Salamanca en México.

Este viernes, Palma Salamanca comenzó a escribir un nuevo capítulo en su vida: Francia le concedió el asilo político en medio de las protestas del gobierno chileno.

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