Tradicionales dulceros de la Ruta 5 han disminuido la producción en 80% tras el arribo del Covid-19. Temen que las cuarentenas le quiten los fieles clientes que le salvaban el verano.
La famosa venta de dulces de La Ligua, actividad que en 2019 fue declarada patrimonio cultural inmaterial, sufre por estos días un amargo presente.
Según datos del gremio gastronómico, la pandemia del Covid-19 pegó fuerte en los dulces, a tal punto que las ventas cayeron en un 80%, lo que obviamente tiene con tiritón de pera a los hombre y mujeres que se ganan la vida con lo mejor de la repostería nacional en la Ruta 5 Norte.
La falta de oportunidades para vender sus productos y las extensas cuarentenas está afectando directamente el bolsillo de 230 dulceros, quienes se han manifestado por redes sociales para dar a conocer la crítica situación, que incluso amenaza con terminar con la dulce tradición.
"La fabricación y producción de dulces está funcionando a un 15%, la situación de la pandemia tiene a mucha gente en la calle, sin trabajo, sobre todo la gente que trabaja en las fábricas. Hoy sólo hay 34 fábricas sobreviviendo y los dueños son casi los únicos que están trabajando", comentó el presidente del Gremio de Fabricantes de Dulces de La Ligua, Antonio Fuentes.
La mejor fecha
Para nadie es un misterio que un buen viaje al norte del país no estaba completo sin una parada en La Ligua para llenar el estanque de "chilenitos", "cachitos", "alfajores" y otras delicias. Los mismo vendedores lo sabían y preparaban lo mejor de la producción. Sin embargo, hoy La Ligua se encuentra en "Transición", por lo que se hace muy difícil vender dulces en las carreteras cuando los fines de semana se debe respetar cuarentena obligatoria.
"Enero es una de las mejores fechas para los canasteros y fabricantes, con lo que se gana en estas fechas, llegamos sin ningún problema hasta invierno", comentó Fuentes.