El Papa Francisco abogó el miércoles por la unidad y una mayor inclusión de los postergados pueblos originarios de Chile en una misa masiva en Temuco, capital de la región más pobre y corazón de un largo conflicto entre indígenas y el Estado.
Desde un terreno reclamado como ancestral por la etnia mapuche y que también fue ocupado como centro de torturas durante la dictadura de Augusto Pinochet, el Sumo Pontífice pidió más tolerancia para preservar la riqueza de cada pueblo.
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"La unidad que nuestros pueblos necesitan reclama que nos escuchemos, pero principalmente que nos reconozcamos (...) nos necesitamos desde nuestras diferencias", dijo el Pontífice, quien saludó a los fieles en lengua mapudungun con la frase "Mari Mari, Küme tünngün ta niemün" (Buenos días, la paz esté con ustedes).
PAPA RECUERDA INJUSTICIAS
"Es imprescindible defender que una cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse en base a la violencia y destrucción que termina cobrándose vidas humanas", dijo Francisco.
"Esta celebración la ofrecemos por todos los que sufrieron y murieron, y por los que cada día llevan sobre sus espaldas el peso de tantas injusticias", agregó el Sumo Pontífice, quien fue recibido en la ceremonia por un grupo mapuche.