En junio de 2011, el Vaticano sentenció el futuro eclesiástico del sacerdote Fernardo Karadima. Fue declarado culpable de abusos sexuales contra menores durante las décadas de 1970 y 1980. Tenía 87 años y lo recluyeron en un hogar de ancianos, desde donde, hasta hoy, continúa negando las graves acusaciones.
La condena ayudaba en la reparación de todas las víctimas que denunciaron al otrora respetado cura. La caras visibles: Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Murillo, quienes han relatado públicamente el horror que vivieron durante años.
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Pero la lucha por la verdad continuó. Los ex seminaristas denunciaron que un grupo de sacerdotes encubrió los abusos. Uno de los acusados es el ex obispo de Osorno Juan Barros, quien, de acuerdo a los denunciantes, presenció los ataques a menores. El mismo religioso al que el Papa Francisco le aceptó la renuncia el lunes 11 de junio.
Antes de este hecho, Jorge Bergoglio se había referido a los religiosos chilenos investigados por abusos sexuales. En una carta expresó sentirse abrumado, adolorido y avergonzado por los graves "abusos de conciencia, de poder, y en especial, de los abusos sexuales" cometidos por algunas autoridades de la Iglesia Católica en Chile.
"El mal"
Pero ayer, por primera vez, el líder de la Iglesia Católica habló directa y públicamente de quien desató todo el escándalo: Karadima, quien, según su propio hermano, es cuidado por tres enfermeras en un hogar.
En una entrevista con la agencia Reuters, el Papa habló directamente de el párroco: "Es una persona gravemente perturbada".
En el diálogo, el líder religioso, además, consideró que la problemática generada por el caso está mediada por la élite chilena, junto con otras consideraciones.
"El problema de Karadima es un problema muy complejo, porque había una mezcla de la elite chilena con situaciones sociopolíticas", aseguró Francisco.
"Es un fenómeno difícil de entender. Algunos piensan que tiene algo que ver con un elitismo escondido allí, pero esto es sólo una opinión. Ciertamente, es el trabajo del espíritu del mal", recalcó.
Renuncias
Además, admitió que tras aceptar la renuncia de los obispos de Osorno (Juan Barros), Valparaíso (Gonzalo Duarte) y Puerto Montt (Cristián Caro) puede ratificar otras salidas de obispos.
"Todavía tengo que aceptar la renuncia de dos (obispos) que han excedido el límite de edad", manifestó Francisco en alusión al arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati y al obispo de Rancagua, Alejandro Goic.
"Pero tal vez haya alguien más cuya renuncia voy a aceptar. En un caso, pedí que se le dieran las acusaciones para darle la posibilidad de defenderse de ellas y luego veremos", recalcó.
Abren oficina para nuevas denuncias
En su visita a Chile, los enviados del Papa Francisco, Charles Scicluna y Jordi Bertomeu, anunciaron que funcionará una nueva oficina que recibirá denuncias sobre abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
Esta nueva instancia recibirá los testimonios sobre abusos y otorgará orientación a los denunciantes de los casos.
La nueva dependencia se abrirá en instalaciones de la Nunciatura en Santiago y estará a cargo de laicos.
Los casos denunciados serán investigados para determinar su veracidad y Bertomeu no descartó "reparaciones económicas".
También se dispuso el email escuchar2018@gmail.com y el teléfono +569 94950519.