Pese a que los progenitores tienen el derecho y la libertad de nombrar a su hijo como ellos quieran, sí existen ciertas limitaciones legales que se lo impidieron.
Un particular caso se vivió en Argentina, bueno, quizás no tan particular porque suele suceder más veces de las que uno imagina. Unos padres quisieron llamar a su hijo Lucifer, pero se lo negaron.
Según informó el medio trasandino La Nación, tanto el Registro Civil de la ciudad de Buenos Aires como la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil le negaron la petición a los papás del menor.
Los argumentos son que existen ciertas limitaciones a la hora de otorgar un nombre a un recién nacido: que su denominación no sea extravagante o pueda afectar la dignidad, el decoro o la interacción social de la persona.
“Rechacé la inscripción del nombre Lucifer porque hace referencia al diablo”, dijo Facundo Bargalló, director general del Registro Civil al mencionado medio.
El profesional además agregó que si bien no se suelen negar denominaciones, si la familia así lo quisiese, se puede llevar el caso a la justicia.
El pequeño Lucifer se queda sin nombre
Y eso fue lo que decidieron hacer los padres. De hecho, el caso llegó hasta la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, donde negaron que Lucifer sea un apelativo apto para llamar a un niño, fundamentados en el objetivo de “tutelar los derechos del menor en cuestión”.
Cabe destacar que la traducción del nombre del latín es “portador de luz” - un significado bastante bonito - y la familia alegó discriminación porque otras personas sí llevan el nombre actualmente en el país.
Por otro lado, el menor es llamado por todos de esa forma sin recibir ningún tipo de bullying por parte de los docentes, directivos y otros niños del jardín al que asiste; pese a esto, deberán buscar otro nombre para el pequeño Lucifer.
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