La tecnología avanza a pasos agigantados en esta época y son los más jóvenes quienes tienen un mayor manejo, pues están familiarizados con ellas desde que nacen. Una de las más utilizadas son los smartphones, tanto así que si un niño no tiene termina, incluso, quedando atrás, en relación a sus amigos y compañeros que sí usan.
Uno de los problemas con este bombardeo de datos y acceso a "apps" de parte de los menores es que se convierte en un dolor de cabeza para los padres poder controlar los contenidos a los que acceden sus hijos. En conocimiento de esto, Google estrena hoy una nueva aplicación, Family Link, que le da a los padres la facultad de saber qué es lo que hacen sus hijos con sus teléfonos.
La "app" está pensada para niños hasta los 13 años y, según explicó a La Cuarta el gerente de producto para Family Link, Charles Zafronni, "con esta aplicación se puede saber y monitorear lo que tu hijo o hija está utilizando en su celular. Esto va desde, por ejemplo, las aplicaciones que utiliza a diario, como también el tiempo que pasa en ellas y en el teléfono".
Para poder utilizar la "app" es necesario tener una cuenta asociada con Google, desde la que se puede crear o enlazar la de su pequeño. "Es necesario tener un dispositivo con Android (estamos trabajando para otros sistemas operativos), y luego de crear la cuenta y descargar la aplicación. Se puede pedir de forma automática que se realice el proceso en el teléfono del hijo, y existe un cobro de 1 peso en Chile, mediante tarjeta de crédito. Esto no quiere decir que uno esté pagando por una suscripción, sólo tiene que ver con que de esta manera se corrobora que la persona sea real y mayor de edad", puntualiza Zafronni.
Control sin hostigamiento
Entre lo que se puede hacer con este control partental "está la posibilidad de controlar por día el tiempo que está el hijo con su celular habilitado; es decir, si deseo que esté tres horas o todo el día en el celular, eso se puede programar", cuenta el hombre de Google.
Una de las razones por las que se pensó esta aplicación es para ayudar a los padres con ciertas tareas que quieren que realicen sus niños. Por ejemplo, que hagan las cosas que le mandan desde el colegio para la casa, o tareas domésticas tan simples como sacar la basura. "Sabemos que, muchas veces, nuestros hijos se quedan jugando en sus celulares, y aunque se supone que están haciendo sus deberes, podemos escuchar el sonido del celular y uno sabe que no están realizando lo que les pedimos. Entonces, gracias a Family Link, basta con entrar a la lista de aplicaciones que se encuentran en el celular de nuestros niños, dar click a la opción 'desactivar', y de inmediato logramos darles una advertencia, y sin tener que discutir ni hostigarlos tomando su celular", destaca Charles Zafronni.
A la camita
En tiempos donde los papás no tienen de aliados al "Tata Colores" o a "Topo Giggio" para mandar a dormir a sus retoños, que se queden pegados en los smartphones no es extraño.
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"Si deseamos tener claridad de que no se van a quedar hasta las 2 de la mañana en el teléfono, existe una parte dentro de la aplicación que bloquea de inmediato el teléfono y sus aplicaciones. Y aunque puede llamar a los números de su agenda de contactos, por alguna emergencia, el teléfono sólo sirve para eso", añade el encargado de la revolucionaria "app".
Claro que ese mismo "truco" se puede usar en otras circunstancias, como a la hora de sentarse a la mesa. La promesa de Google es clara. "Con nuestra 'app' se podrá tener un mayor control de los canales que visiten los niños en YouTube y en redes sociales y páginas web, en general", cierra el experto.
No antes de los 11...
Para Claudia Soto, sicóloga infanto juvenil del programa "Aprender en Familia", de la fundación CAP, antes de los 11 años "los niños no deberían utilizar celulares, eso es lo primero. Partiría desde este punto de vista las relaciones interpersonales".
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"Ahora, si ya utilizan dispositivos móviles, hay dos formas de ver esta aplicación. La primera es que es un aporte en la medida que permite tener un control parental del uso del celular, en el sentido de ir enseñándole al niño a cómo ir manejando estos dispositivos, pero que no se convierta en una forma de perseguirlo, o que los padres decidan qué hace o no su hijo con el teléfono". detalla.
"El problema es que, con esto, dejamos al niño sin poder decidir qué es lo que puede ver. El niño nace en correspondencia de la comunicación con los papás, y al poder juntos desarrollar herramientas para que en la adolescencia el niño le pueda preguntar al padre si puede descargar una "app" y qué le parece, en vez que los padres tengan que estar espiando. Esto sirve como un proceso de acompañamiento de los padres en el uso de los primeros teléfonos", concluye.