Papi espera que Madonna adopte a su hijita con fibrosis quística

El infinito amor que Fredy Maureira (46) profesa por su hija Valentina (8) lo ha llevado a tomar una medida desesperada.

Con al afán de que su retoñita aumente sus expectativas de vida, truncadas por una terrible enfermedad incurable que afecta el sistema respiratorio, llamada fibrosis quística, el angustiado padre quiere entregársela en adopción a la mismísima Madonna.

Aprovechando que la reina del pop realizará dos sendos recitales en nuestro país, el próximo 10 y 11 de diciembre, Maureira está dispuesto incluso a levantar una carpa en las afueras del hotel Ritz-Carlton para explicarle su drama a la cantante de Detroit.

"Yo sé que ella adopta niños y estoy tan desesperado porque mi niña sobreviva a esta enfermedad, que se la daría en adopción, porque en Estados Unidos las personas con fibrosis viven hasta los 50 años y en Chile no sobrepasan los 15 años", contó acongojado.

El destrozado padre ya ha vivido en carne propia la terrible experiencia de perder un hijo producto de la misma enfermedad: El año 96 murió Michael a raíz de la peluda dolencia.

Aunque en Chile su hijita  está beneficiada con el Plan Auge, Fredy indica que el sistema no cubre otras enfermedades que produce la misma fibrosis y que cuestan un dineral, y por lo tanto lo único que quiere es llevarla al país del norte.

RESIDENCIA

Fredy vive en Melipilla y tiene cuatro hijos. Aunque trabaja en una empresa avícola, apenas le alcanza para comer.

El aproblemado padre dice que ha hecho de todo para conseguir una residencia en Estados Unidos. Según él, sólo viviendo allí la niña tiene esperanza de sobrevivir y no sufrir  la suerte de su primogénito.  "Tengo una visa que vence en 15 años más para entrar a Norteamérica, pero no puedo quedarme allá. Ya viví en Chicago, pero me tuve que venir a los 6 meses porque vencía mi visa y no quería que nos deportaran", agregó.

Maureira dice que ha escrito cartas a todos los senadores y diputados y sólo recibió respuesta de Jaime Mulet. También ha enviado misivas a los ministerios e incluso 20 epístolas a la Presidenta Michelle Bachelet, pero le tinca que a ella nunca se las han entregado.

"Lo único que quiero es hablar unos minutos con ella. Yo sé que es la única que puede gestionar una residencia en Estados Unidos para mí y mi familia. Yo tengo manos para trabajar, allá me las arreglaría solo. Por último, si ella no puede, quiero que me lo diga personalmente. Solamente ahí me quedaría tranquilo".

APERRADO

Para Fredy no existe la palabra "imposible". Lleva años luchando con molinos de viento y aunque la gente le dice que desista, él ha conseguido todo con pura fe. Kike Morandé le dio un millón de pesos y además consiguió que financiara dos pasajes para su viaje anterior a Estados Unidos. El grupo Los Prisioneros se juntó por última vez para tocar a beneficio de su hija y también Puerto Seguro. Consiguió hablar con el grupo "Maná" que se ofreció a tocar al gratín para la niña en Chile, pero no pudo costear su venida.

Incluso  acampó afuera de la casa de los Axé Bahía para que tocaran a beneficio de su fallecido hijo. "Nadie pensó que pudiera conseguir todo eso, pero lo hice. Puedo aprender a volar incluso por mi hija".

DESEA QUE LA JEFA LES CONSIGA LA RESIDENCIA CON EL PRESI OBAMA

Gracias a la ayuda de algunos artistas y del Kike Morandé, que le regaló dos pasajes, la familia Maureira-Riquelme pudo viajar a EE.UU hace algunos años.

La idea era que Valentina tuviese una mejor atención y pudiera vivir más años. Llegaron a Chicago, Illinois, donde fue ayudado por otro chileno que tenía una hija con el mismo problema. Pero venció la visa y se tuvo que venir. Hoy tiene un sueño: Que el primer presi negro de Estados Unidos favorezca a los inmigrantes y lo deje quedarse. "Él es de Chicago, por eso yo creo que el panorama mejora. Confío en Obama. Creo que a la Presidenta Bachelet le sería fácil conseguir una residencia para nosotros", agregó.

Luego mira el piso y balbucea: "Si no me ayudan tendré que apostar a que Madonna adopte a mi hija y la salve", dice con convicción.

Ronald Henríquez M.

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