Inés Iturriaga (58) vive con su padre Jorge (94) en la calle Baquedano, comuna de Santiago. Su casa, al igual que otras 4.200 ubicadas en el casco antiguo, sufrió con el terremoto.
Ella pertenece a una de las 2.200 familias favorecidas con el plan de obras de reparación de viviendas dañadas que inició ayer el alcalde Pablo Zalaquett, y que cuenta con subsidios con un tope de 500 mil pesos por casa.
Como el aporte de 450 millones no alcanzó para todos y algunos vecinos patalearon frente al alcalde: "El resto tendrá que postular a ayudas estatales", dijo.
Otra cuática hubo en la Villa Olímpica de Ñuñoa, donde un piño de vecinos alegó por la falta de información entregada supuestamente por el edil Pedro Sabat.
El atado ocurrió mientras Sabat se reunía con la caporal de Vivienda, Magdalena Matte, quien se comprometió a entregar 818 palos para reparar techos.